El cultivo del aguacate se establece en diferentes países del mundo y su fruta comercializada, en términos de volumen, no se encuentra entre las principales.
En un ranking de exportaciones de frutas por volumen, el aguacate ocupa una modesta novena posición, muy por detrás de los tres primeros: el plátano, la manzana y la naranja.
Pero también es cierto que España es el mayor productor de aguacate (Persea americana Mill) de Europa y como consecuencia el mayor exportador.
Su cultivo se centra de forma destacada en zonas del arco mediterráneo he Islas Canarias. En la península, las mayores zonas productoras por orden de importancia se encuentran en Andalucía (Málaga, Granada, Cádiz, Granada, Huelva y Almería), Comunidad Valenciana (Valencia, Alicante y Castellón), Región de Murcia y Cataluña (Tarragona).
Ya en zonas insulares, las principales están en Canarias (Las Palmas y Tenerife), seguida de legos de Baleares.
Volviendo a la Península Ibérica, destacar que también hay producciones de aguacate en el sur de Portugal, especialmente en la zona del Algarve.
Cultivo del aguacate en España
El cultivo del aguacate en España se introdujo entre los siglos XVII y XVIII, si bien no fue hasta mediados del siglo XIX cuando su cultivo adquirió notoriedad a nivel productivo.
Desde entonces hasta ahora, el cultivo del aguacate en España ha ido creciendo de forma muy significativa hasta llegar a ser en la actualidad, tal y como hemos avanzado, el mayor productor de Europa y exportador de Europa, compitiendo con Portugal (en el Algarve) y las reducidas plantaciones de Sicilia y en Creta.
Requerimientos climáticos para el cultivo del aguacate
Para el éxito del cultivo del aguacate en España, hay que tener en cuenta que climatológicamente se den unas condiciones mínimas. Las ideales son propias de microclima subtropical, aun así, vegeta bien en zonas algo más frías. En este contexto, se consiguen buenos cultivos en lugares muy específicos del territorio nacional.
En el aguacate se establecen tres tipos botánicos, también llamados razas: el antillano, el guatemalteco y el mexicano.
La raza de aguacate antillano, procede de zonas bajas de los trópicos, estando adaptada a climas tropicales y, por lo tanto, su cultivo es complicado en zonas frías.
En cuanto a las razas guatemalteca y mexicana, proceden de zonas altas de América Central, pudiendo adaptarse mejor a condiciones más frías. De ahí que sean sus variedades por las que se optan para cultivar en zonas, siendo fundamentalmente híbridos entre las dos.
Según fuentes consultadas, como árbol, existen notables resistencias al frío según la variedad, ofreciendo datos como que las variedades de Aguacate mejicano-guatemalteco Bacon y Fuerte, toleran hasta los -4 °C y -3 °C respectivamente. Y las guatemalteco Hass y Reed-Nabal -2 °C y -1 °C.
Las temperaturas óptimas para su cultivo son como media inferior a los 30 °C. Medias por encima de los 31 °C comienzan a afectar negativamente el cuajado del fruto y superando los 35 °C, sus efectos son muy negativos.
En cualquier caso, hay que tener en cuenta que temperaturas por debajo de 0 °C pueden afectar sensiblemente a la producción y, si además son prolongadas, pueden llegar a matar al árbol. Partiendo de este punto, lo importante es fijarse en las mínimas absolutas y no tanto en temperaturas mínimas medias de la zona donde van a realizarse las plantaciones.
Requerimientos de suelo para el cultivo del aguacate
El tipo de suelo más recomendado para el cultivo del aguacate es el de textura ligera, profundos y con buen drenaje. Su pH neutro debe ser neutro o ligeramente ácidos, entre 5,5 y 7.
También se sabe que vegeta bien sobre suelos arcillosos o franco arcillosos, como ocurre en algunos suelos de la Comunidad Valenciana, aunque siempre que exista un buen drenaje.
El motivo es que el exceso de humedad favorece el desarrollo de enfermedades de la raíz, fisiológicas como la asfixia radical y la presencia de enfermedades como Phytophthora.
Requerimientos agua para el cultivo del aguacate
Si tenemos en cuenta que, en sus zonas de origen, las precipitaciones son frecuentes y una humedad relativa generalmente alta, sabemos que el cultivo del aguacate requerirá importantes aportaciones de agua.
Se estima que, en cultivos desarrollados en el sur de España, se necesitan unos 7000 m³ por hectárea y año. Además, esta agua debe ser de calidad porque el aguacate es sensible al exceso de sales.
Durante el primer año desde su plantación, los plantones deben contar con suficiente agua, sobre todo durante la estación seca. Esto es muy importante para que el suelo contenga la suficiente cantidad de humedad (aunque sin exceso) para el adecuado desarrollo radicular, factor que será determinante en el futuro del cultivo.
Es importante disponer de un riego mediante microaspersión o por goteo. El aguacate es muy sensible a la falta de agua, pero, a la vez que, un exceso de agua, puede favorecer una asfixia radicular o el desarrollo de hongos de suelo como Phytophthora cinnamomi o Rosellinia necatrix. Especialmente en terrenos arcillosos o pesados.
Marco de plantación del aguacate
Debemos partir de la base de que, como mínimo, el cultivo del aguacate puede durar unos 20 años. A partir de aquí, tanto la variedad elegida como su marco de plantación es muy importante en el contexto del cultivo.
Los plantones deben estar injertados, como mínimo cuatro a seis meses antes de su plantación. En cuanto a los marcos de plantación, pueden variar según el tipo de suelo, la topografía y la variedad.
Por aportar datos, las distancias varían entre 7 por 9 m a 10 por 12 m metros, siendo el marco más empleado el de 10 metros entre plantas y 10 entre hileras. Este marco también varía según técnicas de cultivo y países.
Fertilización del aguacate
Para una correcta fertilización del aguacate, es imprescindible partir de un análisis del suelo antes de su plantación para poder definir la cantidad de abono que puede suministrar. Este debe realizarse cada tres años, además de un análisis foliar anual.
Teniendo esto en cuanta, no sabiendo el nivel de fertilidad del suelo, es arriesgado dar unas cantidades. Aun así y a modo de orientación, una base para la fertilización del aguacate puede ser la siguiente.
Al trasplante. Uno 250 gramos de un fertilizante rico en fósforo del tipo 10-30-10 mezclado son el terreno del hoyo.
Cada año. Un kilo de un fertilizante del tipo 18-5-15 más microelementos, repartido en tres aplicaciones, comenzando en primaveras.
En árboles de más de 10 años. Unos 10 kilos por árbol del tipo 18-5-15 más oligoelementos en aplicaciones repartidas en tres a cuatro veces durante su periodo vegetativo.
Durante el periodo de producción. En árboles adultos y en plena producción, se puede reforzar su fertilización nitrogenada, especialmente durante el período comprendido entre el inicio de la floración y la maduración del fruto, porque es cuando el árbol demanda la mayor cantidad de nitrógeno.
Además, siempre es recomendable controlar posibles carencias de oligoelementos mediante aplicaciones foliares, especialmente de cobre, zinc, manganeso y boro, una o dos veces al año.
La poda del aguacate
En cuanto a la poda del árbol de aguacate, destacar que este no requiere necesariamente la llamada poda de formación, sobre todo durante los primeros tres años desde su plantación.
En cambio, luego sí se debe procurar mantenerlo bien formado, sobre todo para facilitar las labores culturales y la cosecha. Para ello, se centrará su poda en cortar las ramas de crecimiento vertical con altura excesiva, las más bajas o pegadas al suelo y aquellos tallos débiles y enfermos.
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