Las empresas genetistas han y están trabajando constantemente en la obtención de nuevas variedades de calabacín que vengan a cubrir la demanda del mercado, tanto desde el punto de vista del cultivador como del consumidor.

El juego varietal actual está agrupado en dos áreas bien concretas: para el cultivo industrial se utilizan 100% variedades híbridas, mientras que las variedades tradicionales quedan relegadas de forma testimonial a pequeños productores para un cultivo de autoconsumo.

Las variedades híbridas para cultivo profesional se cultivan en su mayor volumen bajo invernadero, con condiciones climáticas, de suelo y fertilización muy controladas. Son instalaciones que actúan como verdaderas fábricas que producen durante todo el año.

Las variedades tradicionales, se cultivan normalmente al aire libre y su ciclo de cultivo se centra estacionalmente durante los meses más cálidos del año. Estas variedades corren el riesgo de desaparecer dada la fuerte presión que ejerce en el mercado las variedades híbridas.

La clasificación de las variedades del calabacín

A la hora de establecer una clasificación de las variedades de calabacín son varios los criterios sobre los que poder trabajar: forma, color, precocidad, etc. y todos ellos teniendo en cuenta que forman parte de la demanda del mercado.

La forma del calabacín prefiere de frutos cilíndricos, tamaño mediano, pulpa compacta, piel delgada y con escasas semillas.

El color está centrado exclusivamente en su piel y este puede ser verde, negro (en realidad verde muy oscuro), gris, blanco o amarillo. Algunas variedades combinan algunos de estos colores dentro de sus gamas.

Variedades de calabacín

Desde el punto de vista del cultivador, también son muy importantes sus características de vegetación. Por ejemplo:

  • Que su tallo sea erecto para evitar un tutorado temprano.
  • Que sea precoz en su producción.
  • Que la vegetación no sea demasiado exuberante para aumentar el marco de plantación y así su productividad.
  • Que la floración sea mayoritariamente femenina ya que las masculinas evidentemente no generan fruto.
  • Que los frutos sean uniformes para evitar destríos.
  • Que posean un buen color externo.
  • Que posean una buena resistencia al transporte y conservación.

Ciclos de cultivo del calabacín

Para los productores profesionales, el ciclo de cultivo del calabacín es muy importante para programar sus cosechas y así abastecer el mercado durante el mayor tiempo posible.

Los ciclos pueden ser:

  • Variedades de calabacín extra-tempranas para siembras durante los meses de agosto y septiembre, para su recolección desde mediados de septiembre hasta finales de diciembre.
  • Variedades de calabacín tempranas para siembra en octubre y noviembre, para su recolección desde finales de noviembre hasta finales de febrero.
  • Variedades de calabacín semi-tardío para siembras en febrero y recolección desde los meses de marzo hasta finales de junio.
  • Variedades de calabacín tardías para su siembra a principio de abril e iniciarse su recolección a partir del mes de junio.

Ajustando correctamente las variedades, prácticamente todas ellas híbridas, y sus fechas de siembra, se puede producir bajo invernadero durante los 365 días de año. Si se aconseja elegir las variedades más vigorosas para los ciclos tempranos.