Los lixiviados en agricultura tienen dos lecturas. Aquellos lixiviados cuyo fin es la biofertilización, y aquellos otros no deseables y dañinos, fruto de un exceso de fertilización, por ejemplo.

En el ámbito de la biofertilización, en agricultura, los lixiviados son líquidos que se generan por la percolación de agua a través de materia orgánica, como por ejemplo el compost, estiércol o residuos vegetales. Este proceso arrastra consigo nutrientes, materia orgánica y otros compuestos solubles, creando un líquido rico en diversos elementos de valor agrícola.

Tipos de lixiviados.

En cuanto a tipos de lixiviados, entre otras, podemos hacer tres diferenciaciones:

  • El lixiviado de compost, que se obtiene del proceso de compostaje, donde la materia orgánica se descompone por la acción de microorganismos. Suele ser un líquido rico en ácidos húmicos y fúlvicos, nitrógeno, fósforo, potasio y otros micronutrientes.
  • El lixiviado de lombriz que se produce en la lombricomposta, donde las lombrices descomponen la materia orgánica. Este es un biofertilizante de alta calidad, también rico en ácidos húmicos y fúlvicos, enzimas, hormonas y microorganismos beneficiosos.
  • Y el lixiviado de estiércol que se genera por la descomposición del estiércol animal. Es un tipo de fertilizante natural rico en nitrógeno, fósforo, potasio y otros nutrientes.

¿Cuáles son los beneficios de los lixiviados en agricultura?

Como hemos comentado y en línea con el punto anterior, los lixiviados obtenidos son compuestos englobados en el marco de la biofertilización.

Así, también podemos hacer una clasificación en base de sus beneficios. Algunos de ellos y por segmento son:

  • Como fertilizante natural, los lixiviados son una fuente rica en nutrientes para las plantas, lo que permite reducir el uso de fertilizantes químicos.
  • Para la mejora la calidad del suelo, estos lixiviados aumentan la materia orgánica del suelo, lo que mejora su estructura, capacidad de retención de agua y fertilidad.
  • También promueve la actividad microbiana porque los lixiviados contienen microorganismos beneficiosos que ayudan a mejorar la salud del suelo y la absorción de nutrientes por las plantas.
  • Y por supuesto, y en consecuencia de todo lo anterior, estimulan el crecimiento de las plantas, porque los lixiviados pueden ayudar a mejorar el crecimiento, desarrollo y rendimiento de los cultivos.

¿Qué precauciones hay que tener en cuenta al usar lixiviados?

Los lixiviados obtenidos, aunque la metodología esté bien establecida, es importante tener empresas una serie factores como pueden ser la disolución, el análisis y el momento de aplicación.

Las diluciones obtenidas suelen ser muy concentrados, por lo que es importante diluirlos antes de aplicarlos al suelo o a las plantas. Esta disolución irá asociada a la riqueza y concentración inicial de los mismos, para ser incorporados en la proporción adecuada a la solución final.

Sobre los análisis, es recomendable realizar un análisis del lixiviado para conocer su composición y determinar la dosis adecuada para su aplicación. En su obtención, son en muchas ocasiones “procesos vivos”, por lo que los resultados pueden variar entre partidas de lixiviados.

En cuanto al momento de aplicación, es recomendable evitar el aplicar lixiviados en exceso o en momentos inadecuados, ya que podría tener efectos negativos en las plantas. Como hemos adelantado, suelen ser muy ricos en ácidos húmicos y fúlvicos, nitrógeno, fósforo… por lo que aplicarlos en el inicio o en plena parada vegetativa, así como en periodo de temperaturas bajas, no es aconsejable.

Con todo esto, podemos afirmar que los lixiviados son una alternativa natural y sostenible a los fertilizantes químicos.

Imagen principal propiedad de Depositphotos