En el argot del sector Agro español e hispanoamericano, las expresiones abonos y fertilizantes para referirse a productos agronutricionales se utilizan indistintamente como sinónimos.

Si nos remitimos a expresiones como abonos solubles, abonos foliares, abonos cristalinos, abonos correctores de carencias, etc. y fertilizantes solubles, fertilizantes foliares, fertilizantes cristalinos, fertilizantes correctores de carencias, etc., entendemos lo mismo y justifica esta tesis.

Sin embargo, hay posturas encontradas que mantienen que abonos y fertilizantes no son lo mismo, aunque reconoce que comparten conexiones. Lo justifican desde el principio de qué fertilizar y abonar, no significan lo mismo, porque su composición y aplicación difieren notablemente.

En connotación a estas dos palabras (abonos y fertilizantes), hay una expresión que se queda fuera de este juego. Nos referimos a los bioestimulantes agrícolas, definidos por la legislación, como bioestimulantes para las plantas.

¿Qué son los abonos?

Así, a la hora de definir qué son los abonos, bajo esa tesis, se afirma que son aquellos productos agronutricionales de origen orgánico y principios activos naturales. Su procedencia como materias primas, normalmente son de animal o vegetal.

Al ser un producto orgánico y natural, su método de aplicación se realiza directamente al suelo y sus nutrientes asimilados a través de las raíces de la planta. Además, mejoran las condiciones del suelo para los cultivos, enriqueciéndolos con materia orgánica y todo lo que ello supone en su textura y comportamiento físico-químico final.

Aportando abono orgánico en el huerto

Diferentes tipos de abonos.

En este contexto, se pueden establecer diferentes tipos de abonos a la vez, según sus fuentes y métodos de elaboración.

Por una parte, estarían los de origen animal directamente. En este caso está el llamado estiércol proveniente de los excrementos animales, ya sean aves o ganado (vacas, caballos, conejos, cerdos, ovejas, gallinas, etc.). Aquí se incluyen los purines, principalmente de origen porcino y vacuno. Cada tipo de estiércol, por la alimentación y forma en la que digiere la comida el animal en cuestión, posee unas propiedades específicas.

Otra fuente en este contexto es el humus de lombriz o vermicompost. En este apartado, el producido por la lombriz roja de California (Eisenia foetida), goza de gran popularidad.

El otro bloque de abonos orgánicos lo componen aquellos en el que participa de forma activa el ser humano. Por ejemplo, el compost es otra de las grandes fuentes de abonado y se obtiene por el proceso de descomposición natural, aunque controlado, de la materia orgánica. En esta especialidad, conviene diferencial el compost generado a partir de restos de poda, por ejemplo, del extraído de los residuos de lodos urbanos.

Un ejemplo más de este grupo son los llamados abonos verdes, alternativa para aportar materia orgánica y nutrientes al suelo mediante la siembra de diferentes, pero seleccionadas, especies vegetales. Estas son sembradas y dejadas crecer en el campo, para ser incorporadas finalmente a la tierra mediante un rotocultor.

Por poner algunos ejemplos de estas especies, son la Sinapis alba (mostaza blanca), Brassica juncea (mostaza parda), Rhapanus sativus (rábano forrajero), etc. que a su vez contribuyen a controlar de forma natural algunos problemas de hongos radiculares o de cuello, como el Verticillium spp., Sclerotinia spp., Rhizoctonia spp., el Pythium spp., … o de nematodos Heterodera spp. o Meloidogyne spp.

Otra de las ventajas del abonado en verde, especialmente cuando se realiza entre temporadas de cultivos, es su acción sobre el control de la erosión del suelo porque nunca se queda desprotegido.

Midiendo la conductibilidad eléctrica del fertilizante

¿Qué son los fertilizantes?

En cambio, respecto a los fertilizantes, se consideran productos fabricados mediante materias primas artificiales y minerales.

Son formulados y sintetizados químicamente con todo tipo de variables, según marcas: equilibrios NPK, sus riquezas, con o sin microelementos, formulación en líquido, sólido, etc. Como resultado, un catálogo enorme a disposición de los agricultores.

Sus métodos de aplicación van condicionados por su formulación: a voleo, foliar o fertirrigación. Y en cuanto a dosis, lo mismo: según las características del producto fabricado y función a realizar en la planta.

Por todo ello, aunque las expresiones abonos y fertilizantes se sigan utilizando como sinónimos, hay que prestar atención a quienes la utilizan porque, igual, no están hablando de lo mismo.