La acelga es una planta hortícola de hoja que permite cultivarse en cualquier tipo de huerto urbano. Por supuesto, es cultivada a nivel profesional tanto para su consumo en fresco como transformado, por ejemplo, en manojos, cuarta gama en hojas troceadas y congeladas. Lo normal es consumirla cocida y aderezada sola como hervido, o bien como acompañante en guarnición de carnes, pescados, etc.

Su origen se sitúa en todo el arco mediterráneo, recorrido por el sur de europeo y africano. Como alimento moderno, se sitúa a Italia como el primer país por sus referencias, si bien, también hay documentación que era consumida como verdura en Mesopotamia durante el siglo IX a. C.

Esta verdura supuso un aporte alimenticio basado en sus hojas y raíces tanto para animales como para humanos desde el Neolítico. Además, a ella se le atribuyen amplias propiedades medicinales y terapéuticas. Históricamente, el papel de la acelga en la cocina, estaba enclavado en la elaboración de platos para personas con escaso poder económico, además de forraje para animales.

Durante el siglo XIX incluso se fue abandonando el consumo de su raíz para las personas y ganadería, dándole a esta un nuevo uso, como por ejemplo la producción de azúcar o extracción de alcohol. En cuanto al consumo de sus hojas, poco a poco, junto a las espinacas, se fueron convirtiéndose en dos verduras fundamentales asociadas a las dietas sanas.

La acelga dio el salto del continente europeo al americano a comienzos del siglo XIX. Actualmente, ya e encuentra entre los principales países consumidores, junto con zonas de Asia, Italia, Francia, Holanda, Bélgica, Alemania y Reino Unido.

Aunque el consumo de la acelga, tanto en fresco como congelado, en España es considerado minoritario, hay zonas de producción por toda la península, si bien, las destacas se centran en las comunidades murciana, valenciana y catalana. A nivel internacional, son los países de Europa central y meridional, América del Norte y Asia, los que gozan de plantaciones más extensivas.

Manojos de acelgas

Características de la Beta vulgaris.

La acelga es una planta bianual, se llama científicamente Beta vulgaris var. cycla y pertenece a la familia de las Quenopodiáceas (Chenopodioideae). Es una planta laxante y digestiva.

Posee un sistema radicular pivotante y profundo. En cuanto a sus hojas, actualmente parte comestible, son grandes, de forma oval acorazonada, y abullonadas o lisas según variedad. Estas hojas tienen un pecíolo, llamado penca, que puede ser más o menos anchos y largos también según la variedad. Este se prolonga en el limbo, siendo todo el conjunto la parte comestible de esta planta.

En cuanto a su sabor, es semejante al de las espinacas, aunque algo más suave. También junto a esta, es una de las verduras más ricas en calcio.

Como planta, ya sea por no recolectar sus hojas o porque su cultivo está destinado a la obtención de semillas, termina ramificándose y floreciendo. Sus semillas se encuentran en el fruto o glomérulo, con 2 a 4 semillas por unidad.

Mercado de la acelga.

Comercialmente, el número de variedades de acelga disponibles en el mercado es muy escaso, encontrándolas clasificadas más como tipos en función del color de sus pencas y nervios, así como por el tamaño de sus hojas y pecíolos o pencas.

Esta verdura, en la península ibérica, es cultivada durante todo el año, siendo a nivel profesional un cultivo secundario en importancia dentro de las hortalizas. Según datos recientes, representa menos del 0,70 % del total de producción de verduras.

En el ámbito del cultivo en huertos urbanos, la acelga puede realizarse en cualquiera de sus tipos y modalidades: maceta, jardinera y sobre el terreno. De igual manera, su cultivo es muy fácil y podemos estar recolectando sus hojas durante muchos meses.

De cara a su consumo es aconsejable hacerlo en el menor tiempo posible, ya que conforme transcurre el tiempo, tras su recolección se van perdiendo sus propiedades nutritivas.

Para aprovechar aquellos momentos en los que su producción sea elevada para el consumo normal, podemos mejorar las condiciones de conservación introduciéndolas en el frigorífico. En este caso lo haremos sin lavar, en un envoltorio de plástico perforado. Aun así, no conviene el conservarlas más de cuatro días. Para más tiempo se recomienda su congelación.

La acelga está indicada para dietas de adelgazamiento, por ser un plato muy escaso en aporte calórico, aunque se deben limitar en aquellas personas propensas a cálculos biliares y renales por los oxalatos que contienen.

Si vamos a comprarla al mercado, es una hortaliza que la podemos encontrar durante todo el año, tanto frescas como congeladas. En el caso de la modalidad en fresco, para identificar las mejores acelgas, debemos prestar atención a aquellas que posean las hojas bien tersas, brillantes y con un color verde uniforme. Conviene que las pencas, peciolo y nervio principal, sean duras y de color blanco o el propio de la variedad.

Más información sobre la acelga.

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