Conforme vamos conociendo nuestras plantas, vamos enriqueciendo nuestro juego de variedades y con ello disfrutando aun más si cabe de nuestro huerto urbano.

En esta ocasión nos introduciremos en las acelgas de colores. Sí, de colores, con las que sorprenderemos a nuestros invitados, nos ayudarán además a decorar nuestra terraza o balcón y por supuesto, cautivar la atención de los más pequeños de la casa.

Lo primero es despejar la duda de si son o no transgénicas o fruto de complejas técnicas de laboratorio. No, son totalmente naturales y el que sean poco conocidas, es fruto de que el mercado… los consumidores, han preferido siempre las acelgas verdes convirtiéndolas en un producto tradicional.

Cuando nos referimos a las acelgas de colores, lo hacemos refiriéndonos al color de sus pencas y nervaduras. Si bien las ‘acelgas verdes’ son de color blanco, crema e incluso con ciertas tonalidades verdosas, las denominadas de colores pueden ser amarillas, naranjas o rojas y en sus diversas tonalidades según la variedad. Estamos ante unas plantas comestibles y a la vez muy decorativas.

Hojas de acelgas de colores

Su sabor es igual al del resto de acelgas, semejante al de las espinacas aunque algo más suave. Como las demás, son laxantes y digestivas y normalmente se consumen cocidas y aderezadas solas en hervido, o bien como guarnición de carnes, pescados, etc. Tras la espinaca, es una de las verduras más ricas en calcio.

Las acelgas de colores nos darán un ‘juego’ estupendo en la cocina pudiendo hacer platos únicos, como por ejemplo ‘acelgas arco iris salteadas con jamón’, ‘Acelgas de colores con alubias y atún’, etc. Con ellas, la presentación de los platos siempre aporta un punto de sorpresa y de curiosidad.

El cultivo de acelgas de colores

Las técnicas de cultivo son exactamente las mismas que las utilizadas para las acelgas tradicionales. Es una planta ideal para cultivarla en nuestro huerto urbano de terraza o balcón, creciendo de forma rápida y sin ninguna dificultad.

Podemos realizar nosotros mismos el semillero, es muy fácil. Por la gran cantidad de semillas que suelen llevar los sobres, necesitaremos tan solo uno al año. Probablemente nos sobre y si las conservamos bien, en un lugar fresco, sin humedad y oscuro, nos pueden aguantar hasta dos años más perfectamente.

Los sobres se venden, además de como ‘acelgas de colores’, también como ‘semillas de acelga de tallo multicolor’ o ‘semillas acelga arco iris’ por ejemplo. Por cierto, las ‘acelgas tradicionales’… de penca blanca ¡también es un color! que si bien estas variedades no se venden en estos sobres, sí las deberíamos tener en cuenta a la hora de su cultivo ya que nos ayuda a enriquecer la gama cromática.

La mejor época para el cultivo de la acelga es durante los meses frescos del año y tiene su ciclo de crecimiento ligado a la duración del día. Así, cuando las temperaturas son elevadas y los días tienen una duración mayor de 12 horas, la planta tiende a finalizar su ciclo y florece. Por lo tanto, debemos de cultivarla durante los meses de otoño, invierno y primavera. Si vivimos en zonas con riesgo de heladas, lo mejor es cultivarlas en dos épocas: durante el otoño y desde finales de invierno una vez pasen los riesgos de heladas.

Acelgas de colores

Para realizar el semillero, podemos sembrarlas en pequeñas macetitas. El reutilizar los envases de plástico de yogures es una buena opción y además ayudamos a su reciclado. Si es así, les haremos un pequeño orificio en su base como drenaje, los llenaremos de un sustrato del tipo especial para plantas de interior, colocaremos tres o cuatro semillitas un poco distanciadas entre sí, las hundiremos sobre un centímetro, las regaremos y evitando que el sustrato se quede seco durante su cultivo, esperaremos que germinen.

Esto lo harán a los pocos días y cuando las plantitas tengan unas cuatro o seis hojitas, dejaremos una o dos plantas (las más vigorosas) por recipiente. También aprovecharemos para seleccionar los colores ya que casi siempre venden las variedades de acelga mezcladas y por lo tanto tendremos plantitas de distintos colores. Es muy importante seleccionar para tener cuantos más colores mejor, permitiéndonos tanto disfrutar de una mayor ornamentación del balcón como de elaborar platos más variados.

Estas plantitas las tendremos en el balcón o terraza, protegidas al principio aunque las iremos colocando en zonas donde el sol le dé durante unas horas al día para fortalecerlas.

Según la época del año, a las pocas semanas ya podemos trasplantarlas a una maceta mayor. Como son muy ornamentales, podemos potenciar este aspecto eligiendo macetas o jardineras de colores apropiados a la variedad… e incluso podemos colocar iluminación detrás de ellas para potenciar estos colores al atardecer o durante la noche. El tamaño de la maceta debe de ser de 30 centímetros como mínimo de diámetro y similar en profundidad.

Aunque también pueden plantarse en jardineras, la opción de macetas es preferible ya que nos permite cambiarlas con más comodidad y con ello, al ser tan vistosas, variar la decoración de nuestra terraza o balcón con más facilidad.

Independientemente del recipiente elegido, lo llenaremos con un ‘sustrato especial plantas para exterior‘ o ‘sustrato especial huerta’. Las acelgas son plantas muy rústicas y vegetan bien en casi todos los tipos de suelo que sean turbosos, húmedos y fértiles. Seguidamente retiraremos la macetita con cuidado de no dañar las raíces y la trasplantaremos utilizando solo una unidad por cada nueva maceta. Presionaremos un poco el sustrato para afianzarla y le daremos un riego abundante.

Si las temperaturas son suaves, las veremos crecer día a día, pudiendo comenzar a recolectar sus hojas a partir de los dos meses y medio de su siembra.

Durante el cultivo simplemente nos limitaremos a regar y abonar, utilizando un fertilizante del tipo plantas de interior enriquecido con micronutrientes. En cuanto a las dosis, lo mejor es utilizar las más bajas recomendadas por el fabricante y fertilizar con la mayor frecuencia posible. Es recomendable aportar fertilizante en poca cantidad pero en cada riego que mucho en ocasiones esporádicas. Las plantas, como seres vivos que son, también comen todos los días y los excesos puntuales perjudican.

Hojas de acelgas de colores

Las acelgas poseen una gran masa foliar, por lo que debemos evitar que pasen sed. En cuanto a su ubicación, será a pleno sol para conseguir unas hojas tersas y con colores más intensos.

En nuestros huertos urbanos no debe haber problemas de plagas ni enfermedades ya que no existe riesgo de reinfecciones de campos colindantes. Son plantas muy rústicas y como mucho, los caracoles y pulgones son sus grandes enemigos. Para combatirlos, para los primeros hay productos específicos llamados antilimacos, pero es preferible, dada la poca cantidad de plantas que tenemos, eliminarlos manualmente. En el caso de los pulgones, debemos utilizar siempre productos ecológicos ya que constantemente estaremos recolectando sus hojas.

De la acelga se consume tanto sus grandes hojas como peciolos, también llamados pencas. Estas suelen ser más o menos anchas y largas según la variedad. Recolectaremos el conjunto (hojas y pencas) partiendo de las exteriores… las más adultas. Utilizaremos un cuchillo para realizar cortes limpios por la base de la planta sin dañar al resto de hojas.

La recolección la iremos realizando según necesitemos de ella, bastando un puñado de hojas para elaborar exquisitos platos.

Si las plantamos en recipientes muy grandes, esta planta permite la combinación de cultivos con otras plantas hortícolas como los rabanitos o canónigos por ejemplo, que a la vez de ‘darnos sus frutos’ servirán de acolchado a nuestras acelgas de colores.