La Denominación de Origen Vinos de Alella se encuentra en la comarca barcelonesa de El Maresme. Es una de las zonas más pequeñas de la península ibérica, siendo un oasis vitícola a escasos kilómetros del norte de la ciudad de Barcelona, aspecto que la ha marcado históricamente, ya que le proveía de vino, teniendo su apogeo en la década de los años 1880.
Esta área de producción agrícola y especialmente vitícola, ha evolucionado durante estas últimas décadas en las técnicas de cultivo para la elaboración de sus vinos, consiguiendo que estos, en la actualidad, gocen de un destacado protagonismo a nivel tanto nacional como internacional. En este contexto, la DO Alella ha demostrado una asombrosa resiliencia, defendiendo sus viñedos de la presión urbanística para seguir ofreciendo vinos con una personalidad única, marcada por el Mediterráneo y un terruño singular.
Características de la zona de Denominación de Origen Vinos de Alella.
La historia del vino en Alella no es reciente. Ya en tiempos de la Laietania romana, los vinos de esta zona eran apreciados y transportados en ánforas por todo el Imperio. Siglos más tarde, se convirtieron en los vinos predilectos de la burguesía barcelonesa. Sin embargo, no fue hasta 1953 cuando se constituyó su Consejo Regulador, obteniendo el reconocimiento oficial que ampara y protege la calidad y tipicidad de sus producciones. Hoy, la DO abarca varios municipios de las comarcas del Maresme y el Vallès Oriental, manteniendo viva una herencia de incalculable valor.
Uno de los aspectos destacados a la hora de referirnos a esta zona es su sierra litoral. En ella se centran principalmente los cultivos bajo la denominación de Origen Vinos de Alella. Esta detiene el viento que proviene del mar Mediterráneo, condensando su humedad, aportándola sobre la vegetación existente.
Esta zona de El Maresme, posee una temperatura media de 15 °C y unas precipitaciones anuales de unos 600 mm. concentradas principalmente en las estaciones de otoño y primavera.
Para entender los vinos de Alella es imprescindible hablar de su terruño. El elemento diferenciador es, sin duda, el «sauló», un suelo arenoso de origen granítico, de color blanquecino, que posee un excelente drenaje y la capacidad de retener la radiación solar. Esta particularidad geológica, combinada con un clima mediterráneo suavizado por la brisa marina y protegido de los vientos fríos por la Cordillera Litoral, conforma un microclima ideal para la viticultura. El resultado son vinos con una marcada mineralidad, finura y elegancia.
Principales variedades de uva en la Denominación de Origen Vinos de Alella.
Entre las principales variedades de uva cultivadas en la Denominación de Origen Vinos de Alella se encuentran la Pansa blanca, Garnacha blanca y Picapoll blanca.
Entre ellas, si hay una variedad que define a la DO Alella, esa es la Pansa blanca, nombre con el que aquí se conoce a la uva Xarel·lo. Esta cepa, perfectamente adaptada al suelo de «sauló», es la protagonista absoluta de los vinos blancos de la región.
Los vinos elaborados con Pansa blanca se caracterizan por su frescura y notable acidez. En nariz, despliegan aromas de fruta blanca como la pera y la manzana, con toques cítricos y, en ocasiones, notas de hinojo y almendra verde. En boca son ligeros, vibrantes y con un inconfundible final salino y mineral que evoca la proximidad del mar.
Además de la Pansa blanca, Garnacha blanca y Picapoll blanca, también están autorizadas otras variedades blancas como la Chardonnay, Sauvignon blanc y Macabeo, que aportan complejidad a los coupages.
Vinos blancos, tintos y rosados de la Denominación de Origen Vinos de Alella.
Aunque la elaboración de vinos blancos es mayoritaria, la DO Alella también goza de vinos rosados y tintos de gran interés.
Los vinos rosados, elaborados principalmente con Garnacha tinta, son frescos, aromáticos y de un pálido color rosa. En boca son ligeros y afrutados, ideales para disfrutar en cualquier ocasión.
Los vinos tintos se elaboran utilizando variedades como la Garnacha tinta (conocida localmente en algunos casos como «Mataró»), Syrah y Cabernet sauvignon. Los tintos de Alella son elegantes y de cuerpo medio, presentando notas de fruta roja madura, hierbas mediterráneas y un tanino pulido que los hace muy agradables al paladar.
La denominación también ampara la producción de vinos espumosos de calidad, vinos de licor y dulces, demostrando la versatilidad de su territorio.
Enoturismo entre viñedos y mar.
La proximidad a Barcelona convierte a la DO Alella en un destino enoturístico de primer orden, y de hecho, la «Ruta del Vino de la DO Alella» ofrece un sinfín de posibilidades para sumergirse en la cultura vitivinícola de la zona.
Las bodegas emblemáticas, algunas de ellas familiares con encanto, pioneras en agricultura ecológica, abren sus puertas para ofrecer visitas guiadas, catas comentadas y experiencias gastronómicas entre viñedos con vistas al mar. Además, el patrimonio de la región invita a ser explorado para descubrir su profunda tradición vinícola del lugar.
El principal desafío para la DO Alella.
El principal desafío para la DO Alella sigue siendo la presión urbanística. La expansión del área metropolitana de Barcelona amenaza constantemente la superficie de viñedo. Sin embargo, bodegueros y viticultores resisten, apostando por un modelo basado en la calidad, la sostenibilidad y la diferenciación.
La agricultura ecológica, la recuperación de variedades autóctonas y la apuesta por un enoturismo de alto valor añadido son las claves que aseguran el futuro de esta pequeña, pero valiosa denominación de origen, un tesoro enológico que sigue brillando con luz propia a orillas del Mediterráneo.
El Maresme.
Como se ha avanzado, la comarca de El Maresme, es una zona costera que se encuentra junto al mar Mediterráneo y comprende municipios como los de Alella, Arenys de Mar, Arenys de Munt, Argentona, Cabrera de Mar, Cabrils, Caldetas, Calella, Canet de Mar, Dosrius, Malgrat de Mar, Masnou, Mataró, Montgat, Orrius, Palafolls, Pineda, Premià de Dalt, Premià de Mar, San Andrés de Llavaneras, San Cipriano de Vallalta, San Pol de Mar, San Vicente de Moltall, Santa Susana, Teià, Tiana, Tordera, Vilassar de Dalt y Vilassar de Mar. Su capital es Mataró
Se trata de una estrecha franja a las vertientes y a los pies de las montañas de la cordillera Litoral, compuesta por Sierra de Sant Mateu, Sierra del Corredor y del Macizo del Montnegre.
Las montañas de El Maresme están compuestas de rocas graníticas, que en su degradación en el tiempo ha originado un tipo de arena de gran importancia en la formación de suelos fértiles. En su base, el suelo está enriquecido gracias a la acumulación de arcillas y arenas procedentes de las vertientes superiores.
Su vegetación espontánea está constituida básicamente por encinares y alcornocales. Destaca la presencia de robledales, principalmente de roble africano, en las zonas umbrías.
Respecto al fondo de los valles, ganan presencia los olmos, alisos y sauces. En la actualidad se encuentran encinares, alcornocales, robledales y en el Montnegre, plantaciones de castaños. En las zonas restantes encontraremos encinares y pinares, alternando con matorrales y brezos.
Destaca una gran parte del terreno ocupado por cultivos, hortícolas y ornamentales, además de viñedos, como es el caso de los que dan pie a la Denominación de Origen Vinos de Alella.