Durante el cultivo del arándano se nos pueden presentar una serie de plagas y enfermedades. También otros aspectos que aparentemente nos llevan a pensar que estamos ante un problema fitosanitario cuando en realidad se trata de una fisiopatía.

Como en otros muchos cultivos, en el caso del cultivo del arándano en huertos urbanos se suele desarrollar sin demasiados problemas fitosanitarios. Muy distinto es cuando se cultiva en grandes extensiones y el motivo principal viene a ser por ser sometidos a altos rendimientos y de forma intensiva para obtener de ellos la máxima producción posible.

Plagas del arándano

Para tener una visión lo más general de las posibles plagas del arándano que se nos pueden presentar, a continuación exponemos una relación de las más frecuentes en este cultivo.

Aspidiotus sp., Pulvinaria sp. y Lepidosaphes ulmi. Conocidas todas ellas popularmente como cochinillas, componen un grupo de homópteros que suelen asentarse tanto en su tronco, tallos, hojas como en frutos. Para su control es muy importante actuar durante los primeros estadíos de estos homópteros, antes de que creen su cobertura (escudo) que dificulta notablemente la efectividad del insecticida aplicado para su control. Si se opta por la lucha biológica, su depredador es la Rodolia cardinalis, un escarabajo de la familia Coccinellidae originaria de Australia que también se usa en muchos otros cultivos en control biológico como por ejemplo en los cítricos.

Cheimatobia brumata. Es una mariposa (lepidóptero) que en estado juvenil de oruga daña tanto las flores como los frutos de arándano. Aparece durante la primavera en la que debemos actuar sobre sus orugas. Si no hemos podido y entramos en verano, los tratamientos se realizarán sobre el suelo ya que en esta época ya está enterrada como crisálida. Ya en otoño, podemos disminuir notablemente esta plaga colocando placas cromáticas para que se peguen sobre ella las mariposas que se encuentran en fase de apareamiento y puesta de huevos.

Rhagoletis mendax. Conocido como gusano del arándano es una mosca (díptero) cuyo adulto realiza la puesta de huevos en los frutos. Al eclosionar causa daños irreparables el ellos. El mejor momento para controlarlos es realizando tratamientos durante la primavera, momento en los que los adultos comienzan a aparecer.

Aphis gossypii y Myzus persicae. Se trata de especies de pulgones que se asientan sobre los brotes más tiernos del arándano. Estos provocan daños al extraer savia de la planta, debilitándola y mermando su producción. Una consecuencia derivada de esta plaga es que al segregar melaza aparece sobre ella la “negrilla”. Pero su presencia aun conlleva un riesgo mayor y es que son trasmisores de virus y en estos casos, las plantas de arándano afectadas no tienen cura y deben ser arrancadas. También destacar la Adalia bipunctata y Aphidius colemani son buenos depredadores de estos pulgones.

No tan pequeños pero también dañinos son las aves y conejos o liebres. Los primeros porque se alimentan de los frutos del arándano, aspecto totalmente entendible, y los segundos porque provocan daños al roer los tallos y ramas bajas de la planta.

Enfermedades del arándano

En cuanto a las enfermedades del arándano, las más populares son:

Botrytis cinérea. También conocida como podredumbre gris se manifiesta especialmente en condiciones de alta humedad relativa y temperaturas bajas. Como en o0tras muchas plantas, en la de arándanos se centran en las partes más tiernas como por ejemplo sus flores, frutos jóvenes y terminaciones de ramas. Las fructificaciones de este hongo lo delata rápidamente. Si se evita el exceso de humedad y se mejora su ventilación se evita en gran medida su aparición.

Septoriosis sp. Conocida como Septoria es una enfermedad que se manifiesta en las hojas mediante manchas marrones con la zona central más clara, especialmente en el haz. Si las lesiones son severas se quedan pequeños orificios en las hojas e incluso ocasionan la caída de las hojas.

Phytophthora sp. O pudrición de la raíz como también se refieren a ella es una enfermedad radicular que se manifiesta en la planta lentamente mediante un débil crecimiento, follaje clorótico,… que puede provocar la muerte súbita de la planta. Para su control, ayuda el que el sustrato posea un buen drenaje.

Monilia sp.Monilinia sp. Un hongo que provoca daños en brotes, hojas, flores y frutos. Las partes afectadas adquieren un color negruzco y finalmente se marchitan o en el caso de los frutos su caída.

Alternaria sp. Es una enfermedad que se detecta con la observación de manchas hundidas en los frutos recubiertas de una de su esporulación de color verde negruzco.

Colletotrichum sp. Es la conocida con el nombre popular de Antracnosis y ataca a cualquier parte aérea de la planta, siendo sus frutos los más propensos, manifestando los daños cuando alcanzan su madurez. Para su desarrollo le favorecen tanto la humedad relativa como las temperaturas altas. Los síntomas en los frutos son manchas de color pardo con aspecto de ligero hundimiento cubiertos de esporas rosadas o anaranjadas. Al final terminan por caer los frutos y de no hacerlo quedan momificados en la planta, en ambos casos inservibles. Entre las variedades de arándano más propensas a esta enfermedad están las vinculadas a las Highbush.

Fisiopatías del arándano

Centrados en las fisiopatías del arándano, las más frecuentes son:

El rajado de frutos, especialmente en variedades de frutos de piel fina, se produce con exceso de riego o lluvias durante tiempo prolongado. En sí el fruto ‘revienta’ por la sobrepresión en la pulpa.

La asfixia radicular por una mala aireación o falta de drenaje del sustrato. Una práctica habitual es elevar el cultivo como por ejemplo plantando el arándano en caballones.

La clorosis férrica, favorecida por un pH alto del suelo y/o la presencia de bicarbonatos o caliza activa en el mismo.

También se manifiestan fisiopatías asociadas a desequilibrios nutricionales como por ejemplo la carencia de potasio que ocasiona una coloración rojiza en las ramas senescentes clorosis internervial en las más jóvenes, o la carencia de nitrógeno que se manifiesta con el amarilleamiento del follaje, así como la disminución del crecimiento y reducción de nuevos brotes.