De la cúrcuma, también llamada azafrán de la India, azafrán de los pobres, turmério o palillo, se utiliza su raíz tuberosa, ya sea en trozos, en polvo o encurtida, la cual contiene curcumina, un compuesto volátil al que se le atribuyen numerosos beneficios.

Desde tiempos inmemoriales, las especias han deslumbrado a la humanidad con su aroma, sabor y propiedades únicas. Entre estas joyas de la naturaleza se encuentra la cúrcuma, una especia que ha cautivado paladares y que también se ha utilizado como planta medicinal a lo largo de los siglos. Al igual que la canela y otras especias en la India, la cúrcuma en la actualidad se sigue utilizando en la medicina ayurvédica.

El nombre de esta especia tan apreciada proviene de la palabra árabe kurkum que quiere decir “amarillo”. Uno de los textos más antiguos donde se hace referencia a la cúrcuma se recoge en los escritos de un herbario asirio del año 600 a.C. En el año 700 d.C. se sabe que llego a las costas de China, y un siglo después llegó a la parte oriental del continente africano. No fue hasta después de cinco siglos más cuando la cúrcuma se expandió hasta el África occidental.

Los comerciantes árabes la llevaron a Europa durante la Edad Media, donde se convirtió en un ingrediente popular en la cocina y la medicina tradicional. En la antigua India, se utilizaba como colorante para tejidos y como ingrediente en rituales religiosos.

Procedencia y cultivo de la cúrcuma.

La cúrcuma, también llamada turmérico, cuyo nombre científico es Curcuma longa es originaria del sudeste asiático, siendo la India uno de los primeros países que la utilizó y donde según fuentes ha sido cultivada durante más de 5.000 años.

Pertenece a la familia de las Zingiberáceas (Zingiberaceae), al igual que el jengibre o el cardamomo. Para su crecimiento necesita de climas cálidos y húmedos, por lo que se cultiva mayormente en regiones tropicales donde las condiciones climáticas son propicias para su desarrollo.

La cúrcuma es una planta perenne de hojas alargadas, de gran tamaño y de forma ovalada. Puede alcanzar hasta más de dos metros de altura. La raíz produce rizomas que son los tallos subterráneos de la cúrcuma de un color amarillo dorado muy vibrante.

Estos rizomas suelen tener una parte central en forma de pera y ramificaciones axilares laterales en forma de dedos. Para sembrar la cúrcuma podemos elegir uno solo de estos dedos enteros. Una vez se recolectan se pueden consumir en fresco y en seco, aunque su presentación seca y molida es la más popular. Su sabor es terroso y ligeramente amargo. También se puede utilizar como aceite aromatizado, bastará tan solo unas gotas para darle un toque picante a muchos platos.

Propiedades y beneficios del consumo de cúrcuma.

La cúrcuma también es conocida por sus potentes propiedades curativas. Contiene compuestos bioactivos llamados terpenoides y curcuminoides, siendo el más destacado la curcumina, que le confiere una amplia gama de beneficios para la salud. Entre las más destacadas se incluyen sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, antibacterianas y digestivas.

Se ha demostrado que ayuda a reducir la inflamación, alivia el dolor, sobre todo de la artritis reumatoide, mejora la función cerebral, fortalece el sistema inmunológico y promueve la salud del corazón y el hígado, entre otros. Sus principales vitaminas son la C, E, B3 (niacina) y B9 (ácido fólico). Contiene minerales como el calcio, el hierro, el fósforo, el magnesio y el potasio.

Trastornos como el acné, la hiperpigmentación, el eczema o la psoriasis pueden mejorar con productos elaborados con cúrcuma, siempre que la conveniencia de su uso particular haya sido valorada por una persona especialista en Dermatología.

Arroz con pollo al curry

Uso de la cúrcuma en la gastronomía mundial.

La cúrcuma ha desempeñado un papel significativo en diversas culturas a lo largo de la historia, aunque sigue siendo en la cultura india, donde su presencia y uso está más arraigado, donde también se la conoce como azafrán indio. Dentro de las tradiciones de este inmenso país que es la India, se la considera una planta sagrada y se utiliza tanto en la cocina como en prácticas medicinales y ceremoniales.

En la actualidad el cultivo de la cúrcuma se lleva a cabo en diversas partes del mundo, desde Asia hasta América Latina, siendo un ingrediente esencial en muchas cocinas del mundo para dar color, aroma y sabor. Es especialmente en el sur de Asia, donde se utiliza en una variedad de platos, desde especia para elaborar el famoso curri, así como para acompañar todo tipo de arroces y guisos. También se puede utilizar para dar un toque de color y sabor a distintos platos con aceite aromatizado

A su distintivo sabor un tanto picante y amargo se añade su espectacular color vibrante que le añaden profundidad y carácter a las comidas, convirtiéndola en una especia indispensable en la despensa de cualquier cocina.

Además de su uso en platos tradicionales, la cúrcuma también se ha integrado en la cocina moderna, donde se utiliza en recetas innovadoras. Su versatilidad y su perfil de sabor único la hacen destacar en una amplia gama de platos, desde lo salado hasta lo dulce como batidos, lattes, natillas, marinados, sopas, sofritos, purés, pasta, aderezos para ensaladas y para mezclar con bebidas e infusiones como el té de cúrcuma solo o acompañado de limón y jengibre.

Además de su uso culinario para elaborar platos exquisitos, la cúrcuma también se utiliza como colorante natural en la industria alimentaria, en productos como mostazas, aceites, quesos, mantequillas… también se utiliza como hemos citado anteriormente para fabricar productos para el cuidado de la piel.

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