El poleo (Mentha pulegium) tiene numerosas propiedades saludables, estando recomendado como antiespasmódico, antiséptico, carminativo, estomacal, parasiticida y tónico.
Como planta medicinal y aromática puede ser utilizado de forma externa, en solución alcohólica, para lavar heridas y en fricciones estimulantes.
Pero también tiene otros usos, siendo un ejemplo de ellos el mundo de la licorería, la industria farmacéutica y la fitoterapia. Sin olvidar su uso en la fabricación de productos comerciales aromáticos, tales como bolsitas de olor para la ropa, así y de forma más histórica, su colocación en los armarios para evitar la presencia de pulgas y hormigas.
Mentha pulegium.
Si bien se le conoce como poleo o incluso como poleo-menta, su nombre científico es Mentha pulegium y pertenece a la familia de las Labiadas (Lamiaceae). A esta familia pertenecen un importante número de especies de mentas de interés gastronómico, como la Mentha piperita y Mentha spicata, así como las mentas con sabores.
Se trata de una planta herbácea, anual o vivaz según la zona climática, de crecimiento ascendente y de forma muy ramificada, pudiendo alcanzar hasta los 60 centímetros de altura.
Sus hojas son pequeñas, de aspecto oval lanceoladas y crecen de forma opuestas. En cuanto a sus flores, florece de julio a octubre y se pueden presentar en un color lila, rosado o blanco dependiendo el genotipo, Estas salen dispuestas a lo largo del tallo.
Siembra y plantación del poleo.
El cultivo del poleo (Mentha pulegium) se puede realizar tanto por semillas como por esquejes.
Su multiplicación por semillas suele en semillero, desde finales de febrero o primeros de marzo. El tamaño de sus semillas es muy pequeño, por lo que es recomendable usarse mezcladas con arena fina de silicio, para su mejor distribución en la superficie del semillero.
La siembra se realiza a voleo, cubriendo la semilla con una finísima capa de vermiculita o sustrato cribado de forma que las partículas sean muy finas.
Tras la siembra, se riega con cuidado y con una frecuencia prácticamente a diario y de forma superficial. La nascencia es rápida, pudiendo estar prácticamente germinadas en su totalidad a los 15 días.
Si se opta por la multiplicación del poleo mediante esqueje, se realiza durante los meses de primavera y otoño.
También puede hacerse mediante la técnica de división de mata. En tal caso se opta dividir la planta con parte de raíz durante el otoño o primavera. Otra técnica mediante el uso de sus estolones.
Recolección del poleo (Mentha pulegium).
Para la recolección del poleo se aprovechan sus hojas y flores.
En cultivo profesional, durante su primer año de cultivo se realiza una sola recolección, normalmente sobre el mes de agosto.
Durante los años sucesivos, se pueden realizar hasta dos cosechas, una a principio de verano, y otra, a finales de la misma estación.
Necesidades del cultivo del poleo (Mentha pulegium).
Las necesidades hídricas de la Mentha pulegium en cultivo son altas, sobre todo durante los meses más cálidos del año.
Es una planta que requiere un clima templado o templado-cálido, a pleno sol, aunque puede tolerar la sombra.
Es resistente a las heladas moderadas. Para su buen desarrollo prefiere los suelos calcáreos, vegetando bien en los silíceos. Le gustan los fértiles, ricos en materia orgánica, ligeros y frescos.
A nivel de huertos urbanos, disponer de plantas de poleo distribuidas por los cultivos, actúa como repelente de insectos y hormigas.
Plagas del poleo (Mentha pulegium).
En cuanto a las plagas más habituales del poleo en cultivo están el pulgón verde, la pulga de campo y cochinilla. Respecto a enfermedades, le puede afectar la roya. Como problemas de raíz, los nematodos debe tenerse en cuenta.
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