El alficoz es una hortaliza de fruto que se cultiva durante la primavera, recolectando desde finales de la misma hasta principios de otoño.

A la hora de cómo cultivar el alficoz en nuestro huerto urbano, tenemos que tener en cuenta qué tipo de huerto disponemos. Si lo hacemos en un huerto urbano de terraza o balcón, al ser una planta de carácter trepados y disponer normalmente de poco espacio en él, debemos de pensar en tener estructuras preparadas para su tutorado. Y también que sus frutos, a ser de gran tamaño, se encuentren siempre en el interior de la terraza o balcón para evitar posibles accidentes si estos cayesen al exterior.

Si el huerto urbano es de campo, podemos optar por los dos sistemas: cultivarlos en barracas de forma tutorada o simplemente de forma rastrera sobre el suelo.

¿Cómo cultivar el alficoz?

Este tipo de Pepino que se cultiva como hortaliza de verano, bastante popular entre cultivadores de diferentes zonas mediterráneas.

En cualquiera de las modalidades de huerto urbano podemos realizar su siembra directa durante los meses de febrero a mayo. Todo dependerá de la temperatura reinante en la zona.

Si lo hacemos en maceta, sembrados o tres semillas por recipiente, para luego dejar sólo una planta… la más vigorosa. La eliminación de las otras plantitas lo haremos con cuidado para no dañar a la que deseamos dejar.

Enterraremos las semillas un par de centímetros y tendremos el sustrato sin que pierda la humedad hasta que germine completamente.

Si es un huerto urbano de campo, sembraremos en línea manteniendo un marco de plantación de 50 centímetros entre plantas y mínimo un metro entre líneas.

A los pocos días comenzará a germinar, dejaremos sólo la más vigorosa por golpe sembrado. El Alficoz se irá desarrollando de forma similar a como lo hace una planta de Pepino. Esta irá creciendo y ramificándose en el tiempo.

Si deseamos tutorarla, iremos guiando sus ramas sobre la estructura preparada para tal fin.

El alficoz también es conocido por otros nombres, especialmente como Pepino serpiente, debido a la extremada longitud de su fruto. Estos son alargados, finos y retorcidos y suelen tener una longitud aproximada de unos 70 centímetros.

A los dos meses de su germinación, ya podemos comenzar recolectando algunos de sus frutos. Esta recolección puede situarse entre los meses de junio a septiembre.

Durante su cultivo, prestaremos especial atención a la posible aparición de pulgones, mosca blanca, orugas y araña roja… esta última en especial durante los meses más cálidos del año. El capítulo de enfermedades no es muy importante.

En todos los casos, es importante mantener el cultivo bien ventilado, evitando que se creen excesos de densidad de vegetación ya que suele ser un nido de plagas y enfermedades.

Como con todas las plantas hortícolas, se recomienda el utilizar productos ecológicos y de no ser así, respetar escrupulosamente sus plazos de seguridad.