Las lechugas son hortalizas de hoja indispensables en muchas de las ensaladas que acompañan a nuestras comidas. Si bien sus propiedades nutritivas son escasas, es un alimento bajo en calorías que aporta algunas vitaminas y minerales. A ellas se les atribuyen desde hace siglos propiedades calmantes y sedantes, combate el estreñimiento, el agotamiento y es diurética, siendo muy indicadas para dietas de adelgazamiento.

De ellas aprovechamos sus hojas. Las hay de diferentes tamaños, texturas, formas y colores, encontrando lechugas con diferentes tonalidades de verdes y rojos… con bordes de hojas más o menos dentadas y de texturas desde mantecosas a muy crujientes. Con todo esto podemos afirmar que las lechugas son un alimento que puede aportar diversión a nuestra gastronomía.

Desde que los romanos extendieron su cultivo por toda Europa, en el tiempo han aparecido nuevos tipos y sobre todo variedades. Así, no extraña encontrar en los lineales de los supermercados lechugas de tipo romana, iceberg, trocadero, minilechugas, cogollo o de hojas más o menos rojas como ‘Lollo Rosso’, ‘hoja de roble’, etc. Y por supuesto embolsadas ya preparadas (cortadas y lavadas) junto con otras hortalizas o simplemente en mezcla con diferentes tipos de lechugas.

Su cultivo en huertos urbanos

Es una de las hortalizas más fáciles de cultivar ya que necesita muy poco espacio y como su cultivo es bastante rápido, podemos repetirlo en un mismo lugar durante tres e incluso cuatro veces al año.

Cómo cultivar lechugas

Uno de los éxitos para su cultivo está en la elección de la variedad. Tenemos una amplia oferta de variedades perfectamente adaptadas a las diferentes épocas del año, habiendo variedades específicas para su cultivo en épocas calurosas y otras para invernales. Esta información la podemos ver en las indicaciones de los sobres de semilla ya que todas las variedades suelen estar disponibles en los establecimientos durante todo el año. En planteles no hay problemas puesto que los viveristas sólo cultivan las variedades indicadas para cada época del año.

La ubicación del cultivo también es importante. Al revés de los que hacemos con las hortícolas de frutos, que solemos buscar espacios lo más soleados posibles para conseguir plantas muy compactas y favorecer su floración, para las lechugas podemos utilizar aquellos espacios algo más sombríos e incluso cultivarlas junto o en combinación con otras plantas de mayor tamaño.

¿Qué tipo de lechuga cultivo?

Para su cultivo, la primera decisión es elegir el tipo de lechuga que deseamos cultivar y este aspecto está muy ligado a nuestros gustos.

Si partimos de semilla, con un solo sobre por variedad tendremos para dos o tres años. La verdad es que nos puede durar mucho más por la gran cantidad de semillas que suelen tener, pero después del segundo año es preferible comprar nuevos sobres para asegurarnos una mejor germinación. Si partimos de planteles, las cuentas son muy sencillas… un plantel… una lechuga. Adquiriremos tantas plantitas como espacio asignemos para ellas.

Partiendo de la base que consumimos sus hojas, podemos cultivarlas para recolectarlas al final de su ciclo, cuando la lechuga está totalmente desarrollada, o ir recolectando periódicamente sus pequeñas hojitas durante varios meses.

En el primer caso, las plantaremos separadas unos 15 ó 20 centímetros entre sí. En el segundo, las podemos cultivar casi como si de un semillero se tratase e iremos cortando regularmente sus hojitas más grandes con unas tijeras cada dos o tres semanas, hasta que consideremos que las plantas están muy agotadas.

Como su ciclo de cultivo es similar para todos los tipos y variedades, es muy interesante cultivarlas en su diversidad. Esto nos permite enseñarles a los más pequeños de la casa las diferencias entre ellas y que disfruten de sus diferentes texturas, así como jugar con ellos a la hora de armonizar las ensaladas.

¿Dónde y cómo la cultivamos?

La lechuga la podemos cultivar en pequeños espacios y en zonas más sombrías de terrazas y balcones, donde otros tipos de hortalizas se desarrollan peor.

Bastará una pequeña maceta de unos 15 centímetros de diámetro para cultivarla perfectamente. Podemos utilizar también jardineras e incluso plantarlas al pie de otras hortícolas en combinación con ellas.

Su sistema radicular es bastante superficial, por lo que bastarán de 10 a 20 centímetros de capa de sustrato. Entre los más adecuados están el sustrato de plantación o el especial para plantas de exterior, a los que les podemos añadir entre un 10 y un 15% de tierra de campo para mejorarlos aun más. Les gusta la tierra fresca, rica en materia orgánica y húmeda.

Si partimos de semilla podemos sembrarla directamente sobre el sustrato definitivo. Sus semillas son muy pequeñas, por lo que las sembraremos cuidadosamente algo separadas (una cada centímetro aproximadamente), cubriremos ligeramente y mantendremos el sustrato húmedo hasta su germinación.

Cómo cultivar lechugas

Cuando las plantitas tengan unas cuatro hojitas, las aclararemos dejando las más vigorosas y de forma que queden separadas unos 20 centímetros entre sí para recolectarlas al final de su ciclo. Si tenemos previsto ir recolectando sus hojitas periódicamente, las podemos dejar separadas tan solo unos 4 ó 5 centímetros. En este estadio de plantita, se pueden repicar tanto para ajustar los espacios como si optamos para cambiar su recipiente de cultivo.

La lechuga tiene un alto contenido en agua, por lo que el riego debe mantener siempre húmedo el sustrato… sin llegar al encharcamiento. En cuanto al tipo de abonado, aunque equilibrado, podemos utilizar aquellos ligeramente más ricos en nitrógeno para favorecer el desarrollo de sus hojas.

Con la variedad adecuada a la época del año, una frecuencia de riegos que mantenga húmedo el sustrato, abonados cada 10 días y en una exposición en semisombra, las lechugas crecerán sin problemas y su recolección se puede efectuar alrededor de las 8 semanas desde su siembra.

Recordemos que consumimos sus hojas por lo que evitaremos utilizar productos fitosanitarios durante su cultivo. El uso de etiquetas adhesivas cromáticas será más que suficiente para controlar cualquier ataque de orugas, pulgones o mosca blanca.

¿Lechugas ornamentales?

Hemos comentado que se pueden cultivar lechugas de diferentes formas y colores. Esto nos permite distribuirlas por el balcón o terraza de forma estratégica para que destaquen la armonía ornamental de nuestro huerto urbano.