El FiBL (Instituto de Investigación de Agricultura Orgánica), conocido en alemán como Forschungsinstitut für biologischen Landbau, es una de las instituciones más destacadas del mundo en el campo de la agricultura orgánica. Fundado en 1973 en Suiza por un grupo de agricultores y científicos comprometidos con prácticas sostenibles, el FiBL ha crecido hasta convertirse en un referente global.

Actualmente, su sede principal en Suiza emplea a más de 300 personas, y su alcance internacional se extiende a través de filiales en Alemania, Austria y Francia, además de una representación estratégica en Bruselas, conocida como FiBL Europa.

Desde sus inicios, el FiBL ha mantenido una misión clara: transformar la agricultura hacia modelos más respetuosos con el medioambiente, sin renunciar a la productividad.

Este propósito se refleja en su enfoque interdisciplinario, donde la investigación científica se combina con la colaboración práctica. No se limitan a generar conocimiento, sino que trabajan codo a codo con agricultores y empresas alimentarias para desarrollar soluciones aplicables, promoviendo siempre una rápida transferencia de resultados del laboratorio al campo.

FiBL: Ciencia y sostenibilidad al servicio de la agricultura orgánica.

Las áreas de investigación del FiBL abarcan desde la regeneración de suelos degradados y la biodiversidad en la agricultura, hasta temas emergentes como el microbioma del suelo y su impacto en la fertilidad.

También investigan cómo mitigar los efectos del cambio climático en los sistemas agrícolas, desarrollan biopesticidas y bioestimulantes para las plantas y perfeccionan métodos de producción orgánica para mejorar la eficiencia y la calidad de los cultivos. Su enfoque integral no deja fuera la agroforestería, la ganadería sostenible ni el manejo de pastizales, mostrando un compromiso con todos los aspectos de la cadena productiva.

El impacto del FiBL trasciende la investigación. Su trabajo ha sido clave para la adopción de prácticas agrícolas sostenibles en todo el mundo. Muchos agricultores que han decidido apostar por lo orgánico encuentran en el FiBL un aliado estratégico, tanto en términos de asesoramiento como en el desarrollo de nuevas técnicas. Además, su influencia alcanza las políticas públicas, ayudando a moldear normativas que apoyan un modelo agrícola más respetuoso con el medioambiente.

En un momento en que el cambio climático y la pérdida de biodiversidad desafían la viabilidad de los sistemas alimentarios, el FiBL actúa como un puente entre la ciencia y la práctica, ofreciendo soluciones que no solo mejoran la producción, sino que también regeneran los ecosistemas. Con más de cinco décadas de trayectoria, el FiBL continúa liderando la transformación de la agricultura hacia un futuro más sostenible, demostrando que innovación y respeto por la naturaleza pueden ir de la mano.

Más información: www.fibl.org