Como en todos los cultivos, son muchos los factores que intervienen para que este se realice con éxito. Algunos de ellos, salvo que se cultive bajo invernadero con control climático, se está a merced de la climatología reinante. Otros sin embargo se pueden llegar a tener un total control sobre ellos, como es el caso de la fertilización del arándano. El motivo es que existen productos nutricionales de altísima calidad que bien utilizados pueden mantener el cultivo del arándano en perfectas condiciones nutricionales.

También es cierto que factores como el sustrato utilizado, tipo de contenedor en el caso de que su cultivo no sea sobre el terreno, pueden alterar notablemente el comportamiento radicular de la planta y su interacción con los elementos nutricionales existentes en el terreno o sustrato. Lo mismo sucede con la variedad elegida, que también es una variable a tener en cuenta ya que más que sus necesidades nutritivas, las características concretas de su sistema radicular puede actuar de forma diferente ante la capacidad de tomar estos nutrientes del suelo.

En este contexto, se puede afirmar que el manejo nutricional en el cultivo del arándano es uno de los factores de mayor importancia. Un aspecto a tener en cuenta es que si bien para el cultivo convencional se puede emplear cualquier tipo de fertilizante (siempre y cuando estos sean de calidad) en dosis y épocas oportunas, para el cultivo ecológico siempre se deben emplear fuentes de fertilización autorizadas. Como en el caso anterior también estos deben ser aplicados en los momentos oportunos.

Si se utilizan fertilizantes del tipo compost o abonos verdes, se debe tener en cuenta su velocidad de aportación de nutrientes dado que muchas de estas fuentes necesitan de la actividad biológica del suelo.

En el caso de aplicación de agronutrientes y bioestimulantes agrícolas, la dosis a aplicar de cada nutriente debe estar supeditada al nivel de rendimiento del huerto y a las propiedades químicas del suelo, por lo que es muy recomendable realizar un análisis de suelo anual o cada dos años. Si podemos contar con un análisis foliar anual mucho mejor. Con esta información y estado fenológico de la planta, se podrá establecen un adecuado plan de abonado del arándano. Un programa de abonado específico con el que se contribuirá a obtener el mayor rendimiento y calidad, con la consiguiente mayor rentabilidad del cultivo. No se puede generalizar una receta de abonado general para el cultivo del arándano ya que una falta o exceso de algún nutriente afectará directamente la productividad.

Abonos para el cultivo de arándano

Abonos para el cultivo de arándano

Como hemos avanzado, hay empresas especializadas en fabricación de abonos de alta calidad, desde las fórmulas N-P-K más o menos complejas a oligoelementos tanto para la nutrición como para corregir carencias de ellos. Sin olvidar los productos bioestimulantes, que con su aplicación, además de aportar elementos nutricionales a la planta, hacen que el productor consiga una mejora de la eficiencia en el uso de los nutrientes, así como la respuesta de la planta ante situaciones de estrés.

Estos productos, según el tipo y momento de aplicación, tienen una gran eficacia tras su plantación actuando durante la fase de enraizamiento, predisponiendo la planta a una floración de alta calidad… incluso para conseguir mejor calidad de fruto lo que redunda tanto en un incremento de productividad como conservación en post-cosecha.

Por mencionar un ejemplo de una empresa fabricante de abonos de gran calidad está JISA (www.jisa.es), especializada en agronutrientes especiales, bioestimulantes agrícolas, microorganismos del suelo y abonos ecológicos.

Funciones de cada nutriente en el cultivo de arándano

Para conocer la importancia de una fertilización adecuada, es necesario conocer las funciones que cada nutriente aporta en el cultivo de arándano. Por ejemplo:

Nitrógeno

El nitrógeno (N) es un componente estructural esencial en las plantas que se encuentra presente en la clorofila, los ácidos nucleicos y en las proteínas, siendo así un elemento esencial en el crecimiento de la planta, sobre todo para acortar su periodo juvenil y obtener brotes nuevos de renovación. Este elemento mejora el crecimiento vegetativo, incrementando el vigor de la planta, el de sus brotes, el de sus raíces e incluso aumenta las reservas para la siguiente temporada (yemas, corona y raíces).

Los problemas derivados del exceso de nitrógeno es el exceso de vigor que provoca en la planta dificultando la entrada de luz entre ella, incide en una fruta más blanda, predispone a la planta al ataque de enfermedades y plagas, así como una “mala maduración de madera” ante la entrada de invierno.

Su carencia se muestra en la planta como una palidez y amarilleamiento en toda su masa foliar, siempre antes en las hojas más adultas que en las jóvenes. También se manifiesta con un menor vigor de la planta y escasez de nuevos brotes y menor cosecha.

Fósforo

El fósforo (p) es un elemento estructural de las proteínas, encimas, ácidos nucleicos y ADN, así como interviene de forma muy destacada en los procesos de la fotosíntesis, producción de azúcares, almidón, en la respiración celular, almacenamiento y transferencia de energía, en la división celular, etc. Entre sus principales misiones en la planta están la de mejorar el crecimiento de raíces, favorecer la floración, las defensas contra ataque de enfermedades y plagas, así como la mejora en la acumulación de reservas en la planta de cara a la siguiente temporada.

Los problemas por exceso de fósforo inciden en la inducción en las deficiencias de zinc (Zn) en aquellos suelos con baja concentración de este nutriente.

La deficiencia de fósforo (P) da como consecuencia arbustos raquíticos con hojas de color mate de color azul verdoso oscuro con matices morados sobre todo en las puntas y borde de las mismas.

Caréncias del arándano en cultivo

Potasio

El potasio (K) si bien no forma parte básico de ningún componente estructural de la planta, sí su presencia es necesaria para la realización de diversas actividades metabólicas y funciones fisiológicas. Por citar algunas en la función clorofílica o la producción, transporte y almacenamiento de carbohidratos. El potasio junto con el calcio (Ca) y el boro (B) interviene en la formación de la pared celular y con ello en la turgencia de la planta.

En síntesis, el potasio mejora el vigor de los brotes, aumenta la eficiencia en el uso del agua y resistencia a condiciones de estrés por falta de agua, la resistencia a problemas por exceso de frío invernal, a enfermedades y plagas, mejora el calibre de frutos además de su firmeza, sabor y olor de frutos a la vez que aumenta el rendimiento de la cosecha.

Los problemas derivados del exceso de potasio se asocian a su inducción a las deficiencias de magnesio (Mg) y calcio (Ca).

Su carencia puede provocar un aumento de la sensibilidad a enfermedades, así como acentuar los daños derivados de un déficit hídrico.

Calcio

El calcio (Ca) participa en funciones de la planta de arándano como por ejemplo en la división y elongación celular, actividades enzimáticas, absorción y metabolización del nitrato, etc. Su adecuado nivel fertilizante mejora la calidad de los brotes, el cuajado y el calibre de sus frutos, aumenta la firmeza de frutos y mejora la calidad de poscosecha.

Los síntomas que se pueden apreciar por la deficiencia de calcio son escasos. Recordemos que el arándano es una planta acidófila y por lo tanto poco exigente en calcio (Ca). Sin embargo, es importante aplicarlo durante el cultivo para conseguir lo antes mencionado: mejorar la consistencia del fruto, mejorar su postcosecha, etc.

Magnesio

El magnesio (Mg) interviene en muchas de las funciones que realiza la planta de arándano, entre ellas la fotosíntesis, el trasporte del fósforo, como activador enzimático, en la síntesis de azúcares, en la formación de aceites, sinergias en la asimilación del hierro (Fe), etc. Su buena existencia aumenta la intensidad en el color verde de las hojas, induce el vigor de brotes, mejora la acumulación de reservas para la siguiente temporada y contribuye a aumentar el rendimiento general del arándano.

Su carencia se manifiesta la decoloración entre los nervios principales o a lo largo de los márgenes de las hojas mientras los tejidos adyacentes a los nervios principales permanecen verdes.

El exceso de magnesio llega a inducir deficiencias de calcio (Ca) y potasio (K), además de indirectamente también inducir a una mayor incidencia de enfermedades y plagas.

Azufre

El azufre (S) en un elemento nutritivo esencial, participando como componente estructural de proteínas y péptidos a la vez que forma parte de los haces vasculares del xilema y floema, o es catalizados en la producción de clorofila. El correcto nivel de azufre en el arándano mejora el desarrollo de brotes y coloración de las hojas, contribuye a reducir el pH del suelo (acidificación) y mejora la firmeza de la fruta.

La carencia de azufre en arándano se refleja en una planta más pequeña con follaje de color amarillento, en ocasiones confundido con una carencia de nitrógeno. En tal caso se diferencia en el que el amarilleamiento comienza por las hojas más jóvenes.

Boro

El boro (B) es esencial en muchas funciones, siendo muy importante en mantener el equilibrio entre los azúcares y el almidón, así como en su traslocación. También desempeña un papel destacado en el funcionamiento de las membranas celulares, participando en sinergia con el potasio el control adecuado del balance hídrico dentro de la planta.

El boro mejora el cuaje de las flores, la acumulación de reservas para la siguiente temporada, aumenta el calibre de los frutos y contribuye a una mejor brotación en la siguiente temporada.

Su exceso provoca toxicidad y genera los mismos síntomas que la salinidad en las plantas, dañando hojas y consecuentemente la producción.

Zinc

El zinc (Zn) mejora el vigor de la planta de arándano en general favoreciendo la producción de centros de crecimiento, el enraizamiento de plantas nuevas, así como favorece el cuaje de flores. Los problemas por exceso de zinc pueden llegar a confundirse con deficiencias de fósforo (P) en suelos pobres en este nutriente. También puede inducir a deficiencias de cobre (Cu) y hierro (Fe).

Hierro

El hierro (Fe) también es un elemento a tener muy en cuenta en el plan de abonados del arándano. Interviene en la síntesis de la clorofila y captación y transferencia de energía en la fotosíntesis y respiración.

Sus deficiencias en hoja se muestran totalmente opuestas a las del magnesio (Mg), estando los nervios verdes mientras que las zonas internerviales amarillean notablemente. Este oligoelemento posee una baja movilidad en la planta y por ello, su deficiencia aparece primero en las hojas más jóvenes del arándano.

En definitiva, un buen abonado del arándano es fundamental ya no sólo para conseguir una buena cosecha, sino para que la producción conseguida tenga un buen comportamiento en postcosecha y como no, la planta esté en cultivo el máximo de tiempo posible a óptimo rendimiento.