Uno de esos frutales que tiene la característica de poderse cultivar en cualquier tipo de huerto urbano es sin duda alguna el kumquat. Es un frutal cítrico, perfectamente adaptado al cultivo en contenedor y que necesita muy poco espacio sin que por ello merme la calidad de sus frutos.

Estamos ante una de las especies más rusticas de cítricos, tolerando bastante bien los suelos relativamente pobres en campos, si bien en terrenos sueltos, con buena aireación, ligeramente ácidos y ricos en materia orgánica, nos darán mayores producciones y de mejor calidad. En contenedor no hay problemas ya que podemos elegir el mejor sustrato. En este caso podemos partir de un sustrato comercial, del tipo ‘sustrato universal’ o ‘sustrato de plantación’ al que le añadiremos entre un 25 a un 30% de tierra de campo para mineralizarlo ya que estos sustratos prefabricados son muy turbosos.

A nivel de cultivo profesional, la multiplicación del kumquat se realiza principalmente como planta injertada sobre pies de naranja trifoliada (Poncirus trifoliata), naranja amarga (Citrus x aurantium) o pomelo (toronja) (Citrus x paradisi). Su multiplicación mediante semilla se desestima por su lentitud de cultivo. Lo habitual en huertos urbanos es que se adquieran uno o varios ejemplares, nunca en cantidad, comprándolo en centros de jardinería, floristerías o grandes superficies especializados. En tal caso se presenta cultivados en contenedor ya injertados e incluso si es época con frutos en la planta.

En huertos urbanos de campo y jardín los cultivaremos en zonas soleadas sin sombra de árboles mayores o edificaciones. En los huertos urbanos de terraza o balcón, elegiremos las partes más soleadas.

El cultivo del kumquat

En campo y jardín podemos plantarlos como pies aislados teniendo en cuenta que con los años adquirirán un volumen de unos 3 a cuatro metros de diámetro. También es cierto que mediante la poda lograremos mantener su volumen controlado a nuestro gusto. Se pueden plantar en hileras con una separación entre plantas de unos 3 metros y cuatro entre hileras. De todas formas, con muy pocos ejemplares podemos recolectar un gran número de frutos para comer en fresco, elaborar mermeladas, etc.

En los de terraza o balcón es recomendable plantarlos en contenedores grandes para que desarrollen mejor y su fructificación sea más abundante. Con el tiempo… con el paso de los años, podemos ir cambiándolos de contenedor para que estén más acorde con su envergadura.

Como hemos adelantado, lo más recomendable es comprar las plantas ya cultivadas en maceta o contenedor en un centro de jardinería, floristería, grandes centros comerciales o puntos de venta especializados. Si necesitamos muchos ejemplares siempre se puede optar por la compra de plantones a raíz desnuda, en bolsa o pequeña maceta cultivadas por viveros especializados en plantones de frutales. Son más económicos pero mucho más jóvenes.

Ya sea en campo o en maceta, es importante colocarles un tutor, sobre todo si están expuesto a fuertes vientos. En el caso de huertos de campo y jardín, además es recomendable colocarles un protector sobre el tronco para evitar que caracoles y pequeños roedores puedan dañar a la joven planta.

Tras su plantación, debemos dar un primer riego copioso, seguido de otros más distanciados para no abusar de ellos, si bien el kumquat requiere una humedad constante, sobre todo cuando se cultiva en maceta. Los kumquats suelen consumir bastante agua, sobre todo en las épocas de calor.

Como otros muchos frutales, el kumquat requiere estar bien abonado para que su crecimiento sea fuerte y sano. Es importante diferenciar para su correcta fertilización dos etapas bien distintas: la de crecimiento y la de fructificación. La primera está caracterizada por un mayor desarrollo vegetativo, por lo que necesitará mayor aporte en nitrógeno. La segunda se encuentra más asociada al engorde y maduración de sus frutos, por lo tanto será el potasio el elemento más importante a tener en cuenta. Si tenemos que elegir un equilibro de abonado para cada una de estas fases, para la de desarrollo vegetativo sería recomendable una del tipo 3-2-1, mientras que en floración y fructificación se cambiará por otro del tipo 1-0,5-2, Ah, y siempre eligiendo aquellos fertilizantes que contengan micronutrientes ya no solo para que vegeten mejor, sino para prevenir carencias típicas de los kumquat como son las de zinc, manganeso o hierro.

La poda del kumquat se realiza en momentos puntuales, suelen ser muy ligeras y más bien orientadas a su saneamiento, eliminando las ramas rotas o que crecen de forma no deseada.

Por último decir que las plantas de kumquats son muy sensibles tanto al frío como al exceso de calor, sobre todo en la etapa de floración. Por ejemplo, unas temperaturas inapropiadas durante la floración y pueden provocar la caída de sus flores.