Los beneficios del biocontrol en la agricultura sostenible.

Una gran parte de la sociedad actual demanda la implantación del biocontrol en la agricultura debido a su capacidad para abordar preocupaciones ambientales, mejorar la seguridad alimentaria, proteger la salud humana, conservar la biodiversidad y satisfacer la creciente demanda de productos orgánicos y sostenibles.

Estas demandas reflejan un cambio hacia prácticas agrícolas más sostenibles y una mayor conciencia sobre la importancia de preservar el medioambiente y garantizar la salud de las generaciones futuras.

El papel del biocontrol en la agricultura ecológica.

El biocontrol en agricultura, también destaca como una puesta de valor en el sector agrícola debido a conceptos antes mencionados: su sostenibilidad ambiental, seguridad alimentaria, resistencia a plagas, reducción de residuos químicos, conservación de la biodiversidad, cumplimiento de regulaciones y normativas, y su capacidad para agregar valor en el mercado.

En este contexto, al adoptar la técnica del biocontrol en sus cultivos, los agricultores pueden beneficiarse de una estrategia eficaz y sostenible para el manejo de plagas, al tiempo que responden a las demandas de una sociedad cada vez más preocupada por la protección del medio ambiente y la salud humana.

A continuación, exponemos y ampliamos algunas de estas razones por las cuales, el biocontrol se destaca como una opción valiosa en la agricultura: Sostenibilidad ambiental.

El biocontrol se basa en el uso de organismos vivos, como insectos benéficos, ácaros, bacterias o hongos, para controlar las plagas agrícolas.

A diferencia de los pesticidas químicos, el biocontrol no deja residuos tóxicos en los cultivos o el medio ambiente, lo que contribuye a la protección de la biodiversidad, la calidad del agua y la salud del suelo.

Biocontrol en cultivos de maíz

Seguridad alimentaria y calidad de los productos.

Al no utilizar pesticidas químicos, el biocontrol ofrece una opción segura para la producción de alimentos. Los productos obtenidos mediante biocontrol cumplen con los estándares de calidad y seguridad alimentaria, lo que genera confianza en los consumidores.

Resistencia a plagas y enfermedades.

El uso continuo de pesticidas químicos ha llevado al desarrollo de resistencia en muchas plagas, lo que dificulta su control.

El biocontrol, en cambio, puede ofrecer una solución efectiva y sostenible, ya que se basa en la acción de organismos vivos que pueden adaptarse y evolucionar junto con las plagas, manteniendo su eficacia a largo plazo.

Reducción de residuos químicos.

El uso de pesticidas químicos puede dejar residuos en los cultivos y alimentos, lo que plantea preocupaciones para la salud humana.

El biocontrol reduce significativamente la necesidad de pesticidas químicos, lo que conduce a una disminución de los residuos químicos en los productos agrícolas.

Conservación de la biodiversidad.

El biocontrol promueve la conservación y el uso responsable de los organismos benéficos, como insectos y microorganismos, que son fundamentales para el equilibrio y la diversidad en los ecosistemas agrícolas.

Al utilizar el biocontrol, se fomenta la preservación de la biodiversidad y se evita el impacto negativo sobre los insectos polinizadores y otros organismos beneficiosos.

Cumplimiento de regulaciones y normativas.

Cada vez más, los países están implementando regulaciones más estrictas en cuanto al uso de pesticidas químicos y estableciendo límites máximos de residuos en los alimentos.

El biocontrol ofrece una alternativa viable que cumple con estas regulaciones, lo que permite a los agricultores cumplir con los requisitos legales y comerciales.

Valor añadido en el mercado de frutas y hortalizas.

Los consumidores están mostrando una creciente preferencia por los productos agrícolas producidos de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.

El uso de biocontrol puede ser un diferenciador clave en el mercado, ya que los agricultores pueden destacar el uso de prácticas respetuosas con el medioambiente y ofrecer productos de alta calidad y valor añadido.

Biocontrol en cultivos de tomates

¿Qué es el biocontrol?

El concepto de biocontrol se define como productos fitosanitarios que utilizan medios naturales de origen biológico o sustancias idénticas a ellos, como microorganismos, semioquímicos y extractos de plantas, tal y como se definen en el artículo 3, apartado 6, del Reglamento (CE) n.º 1107/2009, o de invertebrados. macroorganismos.

En este contexto, la palabra biocontrol en sí tienen muchas acepciones y campos de aplicación. En el campo de la agricultura, se define como método de control de plagas y enfermedades, capaz de interferir sus ciclos biológicos mediante el uso de sus predadores, otros organismos o productos derivados de los mismos.

Para ello, el agricultor puede utilizar un amplio catálogo de productos. Antes de nada, saber que utilizamos productos porque la mayoría se venden en el mercado al igual que se hace con otras especialidades (fertilizantes y fitosanitarios), pero en realidad, gran parte de ellos son seres vivos. Así, este catálogo de productos de biocontrol agrícola está compuestos por macroorganismos y microorganismos, así como a otras moléculas que están presentes en la naturaleza.

Hay que destacar que existe el término inglés biological control (control biológico) que equivale a biocontrol y tiene como sinónimo el término de lucha biológica.

¿Cuántos tipos de biocontrol se utilizan en agricultura?

El biocontrol en agricultura se ha ido abordando desde diferentes frentes, utilizándose cada uno de ellos en función de la forma de control de plagas que se desea conseguir.

Básicamente, se han establecido, a la hora de clasificarlos, cinco tipos o técnicas. Estos son:

Control biológico de conservación.

Consiste en establecer una técnica que o modifica el medio ambiente o las prácticas existentes. Su objetivo es proteger y facilitar la mejora de la actividad de enemigos naturales específicos o de otros organismos ya existentes, que reduzcan el efecto nocivo de las posibles plagas que se puedan ir presentando.

Esta estrategia se centra en la preservación y mejora de los enemigos naturales presentes en el agroecosistema.

Se implementan prácticas agrícolas que promueven la diversidad de hábitats y recursos para los organismos benéficos. Esto incluye la siembra de plantas refugio, la conservación de áreas naturales cercanas, la reducción del uso de pesticidas de amplio espectro y la gestión adecuada de los recursos hídricos y nutricionales.

El objetivo es mantener una población estable de enemigos naturales para el control de plagas a largo plazo.

Control biológico clásico.

Este método de control biológico se basa en la introducción de un enemigo natural específico, habitualmente coevolucionado, en un área donde no está presente naturalmente.

El objetivo es establecer una población permanente del enemigo natural para que pueda controlar la plaga de manera continua. Se realiza después de una cuidadosa evaluación de la plaga y su enemigo natural, para garantizar que no haya efectos adversos en el ecosistema.

Control biológico aumentativo.

En este caso, se liberan organismos benéficos en cantidades suficientes para controlar la plaga, pero no necesariamente para establecer una población permanente.

Se utiliza cuando se necesita un control a corto plazo y no es necesario que los organismos benéficos se reproduzcan y mantengan una presencia continua en el campo. Por ejemplo, se pueden liberar ácaros depredadores para controlar ácaros fitófagos en un cultivo específico durante una temporada.

Control biológico de inoculación.

Se utiliza en casos muy determinados y consiste en la liberación o aplicación de agentes de biocontrol en grandes cantidades, cuando la población de la plaga aumenta de tal forma que pone en peligro el cultivo. Esta técnica va dirigida a diezmar rápidamente las plagas.

Con esta estrategia, se introducen microorganismos beneficiosos, como bacterias o hongos, en el sistema de cultivo para promover el control de enfermedades.

Estos microorganismos pueden ser aplicados al suelo, las semillas o las plantas, y se espera que establezcan una interacción beneficiosa con la planta para prevenir o suprimir el desarrollo de patógenos.

Control biológico inundativo.

Esta estrategia implica la liberación masiva de organismos benéficos, como insectos depredadores o parasitoides, con el objetivo de controlar una plaga específica.

Los organismos benéficos se reproducen rápidamente y atacan a la plaga, reduciendo su población. Se utiliza cuando hay una alta densidad de plagas y se busca un control rápido y efectivo para diezmar rápidamente las plagas.

Estas diferentes formas de control biológico ofrecen enfoques adaptados a las necesidades específicas de manejo de plagas y enfermedades en la agricultura. Cada estrategia tiene sus propias ventajas y consideraciones, y su elección dependerá de factores como la plaga objetivo, el contexto agrícola y los objetivos de control a largo o corto plazo.

Ensayos de Biocontrol en laboratorio

Catálogo de productos de biocontrol en agricultura.

El catálogo de biocontrol ofrece una amplia gama de opciones en cada una de estas categorías, brindando a los agricultores diferentes alternativas para el manejo sostenible de plagas, enfermedades y el mejoramiento de los cultivos.

Cada tipo de producto tiene sus propias características y modos de acción, por lo que es importante seleccionar aquellos que sean más adecuados para las necesidades específicas de cada sistema de cultivo.

Finalmente, se puede afirmar que todos los productos se pueden englobar en una categoría más amplia, conocida y aceptada como productos biológicos.

Un catálogo de biocontrol se puede clasificar en depredadores naturales, moléculas naturales y bioestimulantes agrícolas. A continuación, detallamos estas definiciones para cada una de estas categorías:

Depredadores naturales.

Los depredadores naturales son organismos vivos que se alimentan de plagas y contribuyen al control biológico de manera directa.

Estos organismos, como insectos depredadores, ácaros depredadores o aves insectívoras, cazan y consumen las plagas, ayudando a mantener su población bajo control. Algunos ejemplos comunes de depredadores naturales son las mariquitas, las arañas depredadoras y los parasitoides.

Moléculas naturales.

Las moléculas naturales son sustancias químicas producidas por organismos vivos, como plantas, bacterias u hongos, que tienen propiedades biocidas o repelentes contra las plagas.

Estas moléculas pueden ser extraídas de fuentes naturales o producidas de forma sintética para su uso en el control de plagas. Ejemplos de moléculas naturales incluyen los extractos de neem, los aceites esenciales de plantas, los compuestos antimicrobianos producidos por bacterias beneficiosas, entre otros.

Bioestimulantes agrícolas.

Los bioestimulantes agrícolas son productos que se utilizan en la agricultura para mejorar el crecimiento, desarrollo y resistencia de las plantas, lo que a su vez puede contribuir a un mejor rendimiento de los cultivos.

Estos productos suelen contener sustancias naturales (por ejemplo ácidos húmicos) o microorganismos beneficiosos que promueven procesos fisiológicos en las plantas, como el enraizamiento, la absorción de nutrientes, la tolerancia al estrés y la resistencia a enfermedades. Los bioestimulantes agrícolas pueden ser de origen vegetal, microbiano o mineral y se aplican al suelo o a las plantas.

Como podemos ver, los productos de biocontrol para la agricultura están desarrollados por la ciencia. Gracias a ellos, los agricultores pueden mejorar sus cultivos y producciones de forma sostenible, a la vez que dan respuesta a consumidores comprometidos por el cuidado del medioambiente.

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