Siempre es interesante tener en cultivo una o varias plantas de perejil en nuestro huerto urbano para condimentar y enriquecer cualquier plato. Vegeta perfectamente en maceta, por lo que su cultivo se puede realizar hasta en una pequeña maceta en el interior de la cocina.

Al contrario de lo que sucede con muchas plantas ornamentales, en la que al juego varietal se le da mucha importancia, en el caso del perejil no es así. Es más, sus variedades no son muy conocidas y como mucho llama la atención tan solo el tipo de hoja si es rizada o no.

Es una planta muy rústica y de hecho, parte de su nombre genérico viene del griego petrol (piedra o roca) respondiendo al hecho de que crece bien sobre suelos rocosos. La podemos cultivar en zonas perimetrales de un huerto urbano o en macetas en los de terraza y balcón, ubicadas en zonas de semisombra. En todos los casos requiere de muy poco espacio, ofreciendo una importante cantidad de hojas que en caso de exceso podemos conservarla mediante su congelación o secado.

Variedades de perejil

A la hora de referirse a las variedades del perejil, se suele hacer más bien referencia a sus tipos y de estos hay tres: perejil de hoja lisa, perejil de hoja rizada y aquellos cuya parte aprovechable es la raíz. Suelen sembrarse todas ellas durante todo el año, siendo plantas de crecimiento rápido, muy productiva y muy resistente al frío.

El perejil común o de hoja lisa (Petroselinum sativum latifolium) es de porte vigoroso y follaje abundante de color verde intenso. Sus tallos erectos pueden alcanzar hasta 40 centímetros de altura. Sus hojas son la parte comestible utilizada como condimento. Son de color verde oscuro, anchas, lisas y con bordes dentados que además poseen largos peciolos. Son aromáticas y poseen un sabor característico muy acentuado.

Plantas de perejil

El perejil rizado o perejil chino (Petroselinum sativum crispum) posee en cambio hojas muy hendidas y extremadamente rizadas. Su follaje es de un verde más claro y experimenta un porte más bajo que el del perejil común. Su tallo es erguido y compacto. Son algo menos aromático pero más utilizados para adornar platos. Conviene poner la semilla a macerar durante 24 horas antes de realizar la siembra.

Por último están las variedades de perejil para el aprovechamiento de su raíz por ser muy gruesa y el ‘Perejil grande’, una variedad especial bastante popular en Alemania que se cocina como hortaliza o se usa para condimentar, pero nunca se consume crudo.

Entre las variedades cultivadas de perejil más corrientes se encuentran:

  • Perejil de hoja lisa: Petroselinum sativum var. latifolium Airy Shaw, engloba cultivares como Común, Gigante de Italia y Plain.
  • Perejil de hoja rizada: Petroselinum sativum var. crispum, como Rizado verde oscuro, Moss Curled Evergreen, Moss Curled 2-Krausa, Moss Curled 2-Petra, Favorit, Paramount, Sparticus, Frisé verde oscuro raza Frison y raza Robust, Bravour, Moskrul raza Pagoda y raza Krausa, Decora y Exótica.
  • Perejil aprovechable por sus raíces: Petroselinum sativum var. radicosum Bailey, como las variedades comerciales Hamburgrooted, Perejil de raíz larga, Halflange raza Fakir, etc.

Necesidades para el cultivo del perejil

El perejil resiste bien el frío aunque prefiere los climas cálidos. Podemos afirmar que en consecuencia se puede cultivar prácticamente en todo tipo de climas.

En general prefiere los suelos humíferos aunque se adapta a cualquier tipo de terreno. En campo vegeta mejor en suelos profundos, sueltos, frescos, provistos de materia orgánica muy descompuesta. En estas condiciones y con riegos regulares se puede conseguir muy buenos rendimientos.

En cuanto al tipo de suelo, debe de ser neutro, sabiendo que no tolera un pH inferior a 6,5 ni superior a 8.

Plantas de perejil

Multiplicación del perejil

El perejil se reproduce por semilla. Su germinación es lenta tardando casi un mes en aparecer las plantitas, debiéndose mantener el suelo continuamente húmedo durante todo este tiempo.

Este largo periodo en iniciar su germinación se debe a que en realidad, lo que sembramos son sus frutos (pequeños aquenios) que cada uno contiene una pequeña semilla. Durante este tiempo, la cubierta del fruto debe pudrirse para que la verdadera semilla tenga la humedad necesaria para su germinación. También sucede, que al igual que pasa con otras muchas especies, en la cubierta de su semilla existen sustancias inhibidoras de la germinación hasta que las condiciones del ambiente son las óptimas para su germinación.

El cultivo del perejil en campo

Podemos partir de siembra directa o plantándolas ya cultivadas en pequeñas macetas. A nivel profesional se realiza en grandes extensiones mediante la técnica de siembra directa, empleándose de 15 a 20 kilos de semilla por hectárea. Un kilo de aquenios contiene 600.000 semillas y su poder germinativo dura hasta tres años.

La siembra puede efectuarse desde últimos de febrero hasta septiembre y tras tres meses ya puede comenzarse su cosecha.

Siguiendo con el método profesional de grandes zonas de cultivo, lo primero que realizan son una serie de labores preparatorias de campo, consistiendo en realizar dos o tres meses antes de la siembra una labor de movimiento de terreno profunda de 30 a 40 centímetros. Seguidamente se realiza un pase de grada para desmenuzar los terrones y dejando el campo listo para la siembra directa.

Esta se realiza en eras respetando pasillos entre ellas y dejando preparado, en su caso, el terreno convenientemente según el sistema de riego con que se cuente. Seguidamente se aportan los fertilizantes, normalmente a voleo, y se entierran con una labor ligera de azada o cultivador. Por último se da un riego para poner la tierra en tempero antes de proceder a la siembra.

Aunque puede sembrarse durante todo el año, pueden haber diferentes épocas de siembra en función de cuando desean cosechar: en invierno (enero o febrero) o bien en verano (agosto o septiembre). La siembra suele ser a voleo o en líneas, si bien en los dos casos la semilla debe ponerse en maceración durante 24 horas y enterrándola después superficialmente.

Si la siembra la realizan en líneas, estas deben estar separadas de 15 a 20 centímetros entre sí, dejando de 5 a 8 entre plantas. Si se hace a voleo se sembrará 1 a 1,5 gramos por metro cuadrado y una vez germinadas se realizará un aclareo con el fin de que las plantas queden separadas unas de otras, en todos los sentidos, alrededor de 8 centímetros.

Una vez realizada la siembra se da un riego procurando no arrastrar las semillas. Normalmente se utilizan aspersores.

En huertos urbanos de campo, bastarán un par de plantas para tener cubiertas todas las necesidades de una familia. En caso de exceso de producción se puede recurrir a los métodos de congelación o secado para su conservación.

Plantas de perejil

Es un cultivo muy rústico aunque agradece los suelos con cierto contenido de humedad. En zonas cálidas se deberán dar riegos cada ocho o diez días en invierno y cada dos o tres en verano.

Su plantación puede realizarse en zonas perimetrales ya que su cultivo dura casi todo el año y así no entorpece plantaciones de cultivo de menor duración. Procuraremos abonarlas bien para asegurarnos producciones abundantes, siendo conveniente hacer nuevas aportaciones de nitrógeno después de cada corte severo. Pero siempre en dosis relativamente bajas.

Prestaremos especial atención a la aparición de malas hierbas, eliminándolas cuanto antes ya que suelen perjudicarle enormemente. También los riegos, que deben ser abundantes durante el período de verano, procurando no mojar demasiado el follaje para evitar enfermedades.

El cultivo del perejil en maceta

El cultivo del perejil en maceta en huertos urbanos de terraza o balcón es muy fácil. Si partimos de semilla bastará un solo sobre para dos o tres años. En un gramo hay más de 600 semillas.

Plantas de perejil

Prepararemos dos o tres macetas llenas con un ‘sustrato especial de plantación’ o ‘sustrato universal’. Esparciremos unas pocas semillas sobre él, enterraremos ligeramente con el mismo sustrato y regaremos ligeramente. Mantendremos el sustrato húmedo hasta su germinación, periodo que puede estar alrededor de los 30 días por las causas antes mencionadas.

Si es una maceta de unos 16 centímetros de diámetro por ejemplo, dejaremos de tres a cinco plantitas sólo, lo más esparcidas posible por su superficie.

La ubicaremos en una zona de semisombra y mantendremos riegos periódicos para mantener una humedad moderada en el sustrato. En cuanto al abonado, podemos utilizar un fertilizante recomendado para plantas verdes, equilibrado en nitrógeno, fósforo y potasio, que contenga microelementos.

Tras dos meses y medio de su siembra, ya podemos comenzar recolectando sus primeras hojas. Si tenemos varias macetas, podemos hacerlo de forma alterna para ayudar a que se recuperen mejor.

Si se desea, se puede recolectar haciendo manojos, que se atan según se van formando y colocándolo en la cocina dentro de un vaso de agua. Aunque teniéndolo en casa y de forma tan fácil, lo mejor es recolectar y utilizar. El cultivo dura aproximadamente un año.

Las hojas pueden emplearse frescas después de lavadas como condimento. En caso de necesidad de conservación se pueden secar sobre un papel de cocina o cortarlas y congelarlas para utilizarlas posteriormente en caso de escasez de producción.