Uno de los métodos más interesantes para la corrección de la clorosis férrica es la aplicación del quelato de hierro EDDHA. Por lo general, este no se suele aplicar de forma preventiva, sino a la aparición de los primeros síntomas, cuando otros medios de nutrición, a base de este microelemento, no se aprecian tan eficaces.

Este quelato de hierro EDDHA se utiliza en todo tipo de cultivos. Incluso en ornamentales, donde la estética de la planta es un factor vital para su correcta comercialización. En los demás, como es notable, para mejorar su productividad. Además, en el caso de las hortícolas de hoja, como las espinacas, lechugas, endivias, etc. por su aspecto verde de sus hojas ante el consumidor.

quelato de hierro EDDHA ecológico JISAQUEL Fe S-6

Venta de quelato de hierro EDDHA

El quelato de hierro EDDHA se puede encontrar en el mercado, principalmente en almacenes de suministros agrícolas, cooperativas, agricentros, etc. en bolsas de 1 y 5 kilos, siendo su formulación en modo de polvo o microgránulo muy solubre.

Son formulados especialmente preparado para combatir las carencias de hierro (Fe), como corrector o preventivo de las mismas. Por su forma de quelatado EDDHA, es altamente asimilable por la planta.

Aplicación del quelato de hierro EDDHA en melocotonero

Dosis de aplicación del hierro quelatado

Las dosis de aplicación del quelato de hierro EDDHA, varía en función del estado fenológico de la planta, su edad del cultivo en el caso de viñedos y frutales, la época del año, así como las propiedades físicas y químicas del suelo, y método de aplicación.

Destacar que existen en el mercado quelatos de hierro EDDHA certificados y compatibles con los programas de manejo integrado y producción ecológica. Un ejemplo de quelato de hierro EDDHA ecológico, es el JISAQUEL® Fe S-6, fabricado por la firma especialista en nutrición vegetal JISA.

Estos quelatos de hierro se encuentran especialmente preparados para ser aplicado directamente al suelo, ya sea mediante sistemas de inyección, reja, etc., o bien mediante su incorporación en el agua de riego, independientemente de si en fertirrigación, a manta, etc.

Volviendo a las dosis de aplicación, siempre deben responder a la decisión del técnico que lleve o asesore el cultivo en cuestión. Este fundamentará sus decisiones apoyándose en mediciones como por ejemplo de análisis de suelo o de hoja. A partir de ahí, establecerá su aplicación dentro de un plan de abonado específico del cultivo en cuestión.

Pero para poder dar algunos datos como referencia sobre las posibles dosis de aplicación del quelato de hierro EDDHA en los cultivos, valga por ejemplo las siguientes dosis.

Dosis de aplicación de quelato de hierro en fruticultura:

  • Cítricos, entre los 7 y 30 gramos por pie.
  • Frutales de hueso jóvenes como albaricoqueros, ciruelos, melocotoneros, etc. entre 5 a 20 gramos por pie.
  • Frutales de pepita como perales, manzanos, etc. entre 5 a 20 gramos por pie.
  • Aguacates de 5 a 20 gramos por pie.
  • Vid de 3 a 7 gramos por pie.
  • Plataneros de 3 a 7 gramos por pie.

Como se aprecia, la horquilla de la dosis de aplicación es amplia. Esta es menor en frutales cuando se aporta al inicio de la producción y mayor, si se realiza en plena producción. También es menor durante los primeros años tras la plantación, aumentándose en función de la madurez del árbol frutal.

Dosis de aplicación de quelato de hierro en plantas hortícolas y ornamentales:

  • 0,5 gramos por metro cuadrado en un estado de cultivo joven.
  • De 0,5 a 5 gramos al inicio de la producción.
  • De 5 a 7 gramos por metro cuadrado cuando se encuentran en plena producción.
  • En plantas de frutos rojos (fresa, frambuesa, etc.) jóvenes. Sobre 0,5 gramos por metro cuadrado.
  • En plantas de frutos rojos al inicio de la producción. Sobre 0,5 a 0,7 gramos por metro cuadrado.
  • En plantas de frutos rojos en plena producción. Sobre 0,7 a 1,5 gramos por metro cuadrado.

Por último, añadir que, aunque con todas las reservas posibles, los correctores específicos de clorosis férrica, suelen ser compatibles con la mayoría de productos y fitosanitarios, excepto aquellos fuertemente alcalinos o que contengan micronutrientes metálicos, como por ejemplo cobre o manganeso.

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