Que unas condiciones ambientales adversas sobre un cultivo, le influyen de forma decisiva en su desarrollo, crecimiento y productividad, es de todos sabido. Forman parte del llamado estrés abiótico y este viene causado por el déficit hídrico, exceso de salinidad, frío, calor, exceso de irradiación luminosa, etc.

Ante temperaturas excesivamente altas, acompañadas generalmente por humedades relativas bajas en los periodos calurosos del año, someten a los cultivos a un estrés hídrico y con él, la merma de rentabilidad de sus cosechas.

Además, en el caso de los frutales, al contrario de las hortícolas, su cultivo se prolonga durante años y este estrés puede comprometer incluso futuros ciclos de cultivo.

Glybet: Estrategia mediante bioestimulantes agrícolas contra el estrés abiótico

En este artículo nos referiremos al producto Glybet, que se encuentra dentro del catálogo de productos agronutrientes y bioestimulantes para las plantas desarrollados por JISA. Este es una eficiente herramienta que pone a disposición del agricultor, para incluir en su estrategia agronutricional contra el estrés abiótico de sus cultivos.

Este bioestimulante con efecto osmoprotector, está formulado a partir de Glicina betaína natural y compuestos que favorecen su asimilación, con resultados contrastados para combatir estos efectos de estrés en las plantas.

La Glicina betaína utilizada por JISA en su formulado Glybet, es químicamente hablando una amina cuaternaria. Se trata de un compuesto no iónico que sintetizan las plantas como respuesta adaptativa a situaciones de déficit hídrico, produciendo un efecto osmoprotector a nivel celular.

Bioestimulante para las plantas Glybet

Las consecuencias derivadas de la aplicación de Glybet son, en primer lugar, un ahorro energético, pues la planta no tiene que sintetizar esta Glicina betaína. En segundo lugar, nos garantiza una respuesta más rápida de la planta al estrés provocado por la falta de agua, temperaturas extremas, irradiación luminosa excesiva y salinidad.

Como derivación directa en la planta:

  • Esta velocidad de reacción, más eficiente, se verá en una mayor capacidad de realizar fotosíntesis.
  • Garantiza una mejor realización de todos los procesos bioquímicos que se producen a nivel celular.
  • Un mejor desarrollo y calidad de polen en momentos de condiciones ambientales adversas.
  • Una mejora en la absorción de nutrientes porque la planta puede tener durante más tiempo abiertos sus estomas sin temor a la deshidratación, favoreciendo la entrada de nutrientes en la planta, mejorando la producción y la calidad de los frutos tratados con Glybet.

Efecto osmoprotector del Glybet en las plantas

Volviendo al efecto osmoprotector, … ¿Qué es? Cualquier planta, cuando se ve sometida a un estrés hídrico, pone en marcha una serie de respuestas para protegerse de la deshidratación.

A nivel celular, al disminuir la cantidad de agua en el medio, se produce un flujo de agua del citoplasma hacia el exterior de la membrana, produciendo una pérdida de turgencia en los tejidos y una disminución de la tasa fotosintética de la célula.

La planta empieza a sintetizar sustancias que compensen la concentración de solutos del citoplasma con la que tiene en el medio exterior y evitar la salida excesiva de agua de las células.

¿Cómo aplicar Glybet con efecto osmoprotector?

Este producto se puede aplicar tanto en el riego como mediante pulverización vía foliar.

Ambas formas son igual de válidas, aunque el equipo técnico de JISA recomienda, según cultivos y estados de los mismos, el alternarlos en la medida de lo posible.

Recordemos que la nutrición foliar es una herramienta muy útil en momentos específicos de los cultivos.

Abonado via riego mediante sistema pivot

Dosis y cultivos sobre los que aplicar el Glybet contra el estrés térmico

Como es natural, aconsejar sobre qué cultivos se puede aplicar un determinado producto, así como sus dosis, es complicado porque depende de factores determinantes como la especie, su estado fenológico, edad, técnica de cultivo, estado nutricional del mismo, etc.

Pero, por aportar algunos datos, siempre con carácter orientativo y a falta de la opinión del técnico de campo, se puede decir que los beneficios agronómicos de los que estamos hablando sirven para cualquier cultivo, ya sea frutal, hortícola u ornamental.

También hay que destacar que los resultados, serán mayores en cuanto tengamos cultivos más sensibles al estrés y condiciones más adversas que puedan afectarles.

Para definir el momento, se debe partir de la premisa de que se debe incorporar Glicina betaína en las células vegetales de la planta, para cuando se vea afectada por un estrés abiótico, esté preparada para una respuesta rápida y eficaz que mitigue sus efectos.

En cuanto a la dosis, se puede tener como referencia de 4 a 8 litros por hectárea cuando se aplica vía radicular, y de 200 a 400 centímetros cúbicos por hectólitro cuando se realiza vía foliar.