Existen diferentes tipos de peachímetros para la agricultura que nos permite entender mejor las necesidades de nuestros cultivos y actuar en consecuencia.
En la agricultura profesional, el rendimiento de una cosecha depende de un equilibrio preciso de múltiples factores. Entre ellos, las propiedades químicas del medio de cultivo juegan un papel determinante.
Hablamos de la interacción que se produce en la rizosfera, ese entorno inmediato a las raíces de la planta donde tiene lugar una compleja relación química. El protagonista indiscutible de esta relación del pH en agricultura.
El nivel de acidez o alcalinidad de la solución del suelo o del agua de riego.
El valor del pH, que nos indica el nivel de acidez o alcalinidad de la solución del suelo o del agua de riego, actúa como un verdadero regulador de la nutrición vegetal. Podríamos verlo como el «interruptor» que permite o impide que las plantas puedan alimentarse correctamente.
De nada sirve diseñar un costoso plan de abonado si el pH del medio no es el adecuado, ya que la inversión en fertilizantes no se traducirá en una nutrición efectiva.
La disponibilidad de los elementos minerales condicionada por el pH.
La razón es puramente química: la disponibilidad de los elementos minerales para ser absorbidos por las raíces está directamente condicionada por el pH. Un valor desfavorable provoca que ciertos nutrientes, aunque estén presentes en el suelo, formen compuestos insolubles.
Este fenómeno, conocido como inmovilización o bloqueo de nutrientes, significa que los elementos quedan «secuestrados» en el suelo, inaccesibles para la planta. Las consecuencias directas son la aparición de carencias, una reducción del vigor vegetativo y, finalmente, una pérdida de producción y calidad.
Un ejemplo práctico y muy visual es la clorosis férrica, común en suelos calizos con pH alcalino (alto). Aunque se aporte hierro, este precipita y la planta no puede absorberlo, mostrando el característico amarilleamiento de las hojas. En el extremo opuesto, un pH excesivamente ácido (bajo) puede solubilizar elementos como el aluminio o el manganeso hasta niveles que resultan tóxicos para las raíces, dañándoles e impidiendo el desarrollo general de la planta.
Por consiguiente, la monitorización y el ajuste del pH no son una tarea opcional, sino el fundamento sobre el que se debe construir cualquier estrategia de fertilización racional y eficiente. Es el primer paso para garantizar que cada nutriente aportado esté realmente disponible para el cultivo, optimizando así los recursos y la rentabilidad de la explotación.
Para llevar a cabo esta tarea, el agricultor dispone de una herramienta clave: el peachímetro.
¿Qué es exactamente un peachímetro agrícola?
Un peachímetro, también conocido como medidor de pH, es un instrumento electrónico diseñado para medir con precisión el potencial de hidrógeno en una disolución acuosa. En el ámbito agrícola, su uso se extiende a la medición del pH del agua de riego, de las soluciones nutritivas en cultivos hidropónicos, de los caldos de aplicación de productos fitosanitarios y, por supuesto, del propio suelo.
El funcionamiento de un peachímetro se basa en un electrodo sensible a los iones de hidrógeno. Al sumergir este electrodo en la muestra, se genera una pequeña diferencia de potencial eléctrico que es proporcional a la concentración de estos iones. El dispositivo electrónico del medidor procesa esta señal y la traduce en una lectura de pH en su pantalla digital.
Clasificación y tipos de peachímetros en agricultura.
No todos los medidores de pH son iguales ni ofrecen las mismas prestaciones. Su clasificación atiende principalmente a su diseño, precisión y ámbito de aplicación.
El papel tornasol o las tiras reactivas.
Una primera aproximación, aunque muy básica, nos lleva al papel tornasol o las tiras reactivas. Son un método económico y rápido para obtener una estimación aproximada del pH. Cambian de color al contacto con la muestra y, comparando ese color con una escala de referencia, se obtiene un valor. Sin embargo, su precisión es muy limitada y en el ámbito profesional se consideran insuficientes, siendo más un recurso para la bricojardinería, el bricohuerto o una comprobación orientativa.
Los medidores electrónicos de pH.
Dentro de los medidores electrónicos, la principal distinción se establece entre los equipos de campo y los de laboratorio.
Los peachímetros de campo o portátiles.
Los peachímetros de campo o portátiles son los más utilizados por agricultores, técnicos de cooperativas y asesores agrícolas. Su diseño es robusto y compacto, pensado para ser transportado y utilizado directamente en la parcela.
Dentro de esta categoría encontramos desde los modelos más sencillos, tipo «bolígrafo», hasta equipos más completos con sondas externas. Son fundamentales para realizar mediciones in situ en el cabezal de riego, en las balsas de agua, en la solución de suelo extraída con sondas de succión o incluso directamente en el sustrato de macetas o semilleros.
La inmediatez de la lectura permite tomar decisiones ágiles y corregir desviaciones en el plan de fertirrigación al momento.
Los peachímetros de laboratorio o de sobremesa.
Por otro lado, los peachímetros de laboratorio o de sobremesa son equipos de alta precisión. Se utilizan en los departamentos de I+D+i y control de calidad de empresas fabricantes de fertilizantes, bioestimulantes y productos fitosanitarios. Su calibración es más exigente y ofrecen una estabilidad y exactitud superiores.
Para un fabricante de fertilizantes, por ejemplo, es crucial garantizar que el pH de sus formulados líquidos se mantenga estable y dentro del rango especificado, ya que esto afectará a su miscibilidad y a la eficacia del producto final.
Del mismo modo, en la investigación de nuevos productos de lucha biológica, el control del pH del medio de cultivo para los microorganismos es un factor determinante para su viabilidad.
El peachímetro como herramienta para toda la cadena de valor.
El uso del peachímetro trasciende al agricultor. Para el ingeniero agrónomo, es una herramienta de diagnóstico esencial. Para el responsable de una cooperativa o un almacén de suministros, le permite asesorar con mayor fundamento a sus socios y clientes. Para los investigadores y las entidades públicas, es un instrumento básico en ensayos de campo y estudios sobre la salud del suelo.
Así, el peachímetro es la herramienta que nos permite entender mejor ciertos aspectos del suelo y agua de riego, por ejemplo, y cuyo conocimiento que se traduce directamente en una mejora de la sanidad vegetal, la optimización de los recursos y la rentabilidad de la explotación.