La zarzamora, popularmente conocida como mora, se encuentra dentro de los llamados frutos rojos y ha pasado de ir a recogerse (sus frutos) por su hábitat natural, a existir grandes plantaciones de zarzamoras para comercializar sus frutos en diferentes áreas industriales: confitería, licores, repostería, etc.

Hay que tener cuidado a la hora de referirse a esta planta, ya que es fácil que su nombre, mora, haga referencia también al fruto de la morera, una planta de porte arbóreo que nada tiene que ver con la zarzamora.

Así, la mora es el fruto comestible de la zarza común, llamada zarzamora.

La zarzamora o mora silvestre, en su hábitat natural, se pueden encontrar en márgenes de caminos, llanuras, montañas, claros de bosques y sobre todo en pendientes y márgenes soleados.

Frutos rojos, blackberry, berries o frutas del bosque

Frutos rojos, también conocidos bajo las palabras de frutos del bosque, blackberry o simplemente berries, es una referencia a la hora de referirse a los frutos como la mora, la fresa o fresón, el arándano, la frambuesa o la grosella, por ejemplo.

La planta de zarzamora

La planta de zarzamora es de porte arbustivo, espinoso y muy invasivo. Es de hoja perenne y con emisión de numerosos tallos de rastreros o semierguidos. Esta produce unos frutos, las moras, que son de color rojo-morado. Botánicamente, son polidrupas con forma elipsoidal y son la parte comercial y alimentaria de esta planta.

La zarzamora es una planta originaria de América y del norte de África, y dentro es estas, de sus zonas tropicales altas. Su nombre científico es Rubus fruticosus y pertenece a la familia Rosaceae.

En este género, el Rubus, hay unas 300 especies aceptadas y entre ellas, la Rubus glaucus, Rubus fruticosus y Rubus hibridos, son las especies más cultivadas, contando en cada una de ellas con diversas variedades y genotipos.

Como planta, la zarzamora posee una raíz pivotante, pero que alcanza apenas los 30 centímetros de profundidad. De ella se emiten sus raíces secundarias que se desarrollan superficialmente, concentrándose su masa radicular entre los 10 y 20 centímetros de profundidad.

Sus numerosos tallos emergen desde la corona de la planta y tienen carácter bianual. Esto quiere decir que los que se emiten durante el año se centran en crecer, mientras que estas ramas, al segundo año, son las que sobre ellas se produce la floración y fructificación. Dicho de otra manera, la zarzamora florece sobre las ramas de un año.

Estos tallos suelen presentar espinas. Son muy ramificados y de longitud variable, que según crecen tienden a arquearse.

Sus hojas son imparipinnadas, poseen un largo peciolo y presentan de tres o cinco folíolos. Crecen alternas y cada folíolo posee una forma oblongo-lanceolada, con sus bordes aserrados. En cuanto al color, son verde oscuro en el haz y más claro por el envés.

La mora

La mora es el fruto de la zarzamora. La floración de la zarzamora se realiza en inflorescencias en forma de racimos laterales y terminales. Cada uno de ellos posee flores hermafroditas, conteniendo cada una de ellas numerosos pistilos y estambres.

Visualmente, posee un cáliz compuesto por cinco sépalos lanceolados de color verde. Y su corola, cinco pétalos de color que según la especie y variedad pueden ser blancos o rosados.

Una vez fecundadas y si las condiciones climáticas lo permiten, se originan sus frutos, como hemos adelantado polidrupas de forma elipsoidal. Por lo tanto, cada fruto son en realidad varias drupas adheridas a un receptáculo de cinco a siete milímetros de diámetro. La coloración de estos frutos es rojo púrpura, he incluso negro cuando llega a su maduración.

Es interesante destacar que la floración de la zarzamora no es homogénea y como consecuencia, sus frutos maduran de forma dispersa por la planta, así como en el propio ramillete. En el hemisferio norte suelen madurar sobre septiembre y octubre.

Independientemente de la especie y variedad, la zarzamora en cultivo, recuerda en muchos de sus aspectos al de la frambuesa.

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