El membrillo es el fruto del membrillero, un árbol frutal de pepita sumamente rustico y muy recomendable para su cultivo en huertos urbanos de jardín o de campo y no tanto para los de ciudad. Con tan sólo uno o dos frutales de membrillo podemos tener suficientes frutos para obtener productos derivados del mismo para todo el año.

Su origen se sitúa en la Europa meridional y zona de las orillas meridionales del mar Caspio y como anécdota a día de hoy aún es posible encontrarlo de forma silvestre en la isla de Creta. En cuanto a los primeros vestigios de su cultivo se remonta a más de 4000 a.C. en Babilonia.

Actualmente las zonas de Oriente Medio y la antigua URSS son las zonas más productoras y consumidoras a nivel mundial, quedando el área mediterránea relegada a una menor importancia con tendencia a una reducción progresiva y mantenida en el tiempo. En el caso de España, las zonas con relevancia productora de membrillo son las comunidades de Andalucía y Valenciana, seguidas de Cataluña, Castilla La Mancha, La Rioja y Murcia, existiendo su cultivo de forma de árboles aislados o de pequeñas parcelas por el resto de territorio español.

A nivel mundial y por orden de importancia, los principales países productores de membrillos son Turquía, China, Marruecos, Argentina, Irán, México, República de Moldova, Rumania, Siria, Grecia, Perú, Rusia, Túnez, Brasil, Bulgaria, España, Bolivia, Francia, Hungría, Argelia, Argentina,…

Cydonia oblonga Mill.

El nombre científico del membrillero es Cydonia oblonga Mill. (= Cydonia vulgaris Pers.) y pertenece a la familia Rosaceae.

Es un pequeño árbol que apenas llega a superar los 5 metros de altura, si bien en cultivo se suele situar entre los 2 y 3 metros de altura. Este posee un tronco tortuoso y de corteza lisa de color grisácea del cual se desprenden escamas de corteza seca con la edad.

Frutos de membrillero

De su tronco emergen ramas flexuosas (que forman ondas) de color pardo y punteadas que crean una copa irregular.

Sus hojas crecen de forma alternas, de color glabro por el haz y tomentoso por el envés. Su longitud oscila entre los cinco y diez centímetros y poseen una forma aovada a redondeada con un corto pecíolo.

Su floración se produce en primavera entre los meses de marzo a mayo según la variedad y zona geográfica donde se encuentre. Es una planta que requiere entre las 100 y 500 horas frío, en este caso según la variedad. Sus flores crecen solitarias en las axilas de las hojas y son de color blanco o rosado de un tamaño alrededor de los cuatro centímetros de diámetro. Cada una de ellas posee 5 pétalos y 20 estambres.

Tras su fecundación se produce su fruto comestible en forma de pomo piriforme. Su color es un amarillo dorado que posee un buen aroma. Su tamaño es variable como siempre dependiendo del vigor y variedad del árbol, pero puede situarse como media sobre los 8 centímetros de longitud. Una de sus características es que posee su ápice umbilicado. Es importante saber que sus frutos se forman en la extremidad de los pequeños brotes (llamados técnicamente brindillas) o en los ramos del año anterior para de esta forma tenerlo muy en cuenta en cómo hacer su poda para evitar pérdidas de cosecha. Dicho de otro modo… si podamos severamente el membrillero y no dejamos pequeños brotes del año anterior, nos vegetará tras la poda de forma vigorosa pero no obtendremos una buena producción ya que su floración será escasa.

Del fruto es desde donde se extrae su pulpa de color amarillento y áspero, acompañado de numerosas semillas.

Curiosidades del membrillero (Cydonia oblonga)

Entre las curiosidades del membrillero (Cydonia oblonga) es que fueron los griegos los que obtuvieron una variedad en la ciudad de Cydon (en Creta) y de ahí su nombre científico.

También fueros los griegos los que dedicaban este fruto a Venus y se ofrecía como símbolo de la felicidad, del amor y de la fecundidad.

Siguiendo con estas costumbres, los romanos difundieron la costumbre de dar a comer a los recién casados un membrillo antes de entrar al hogar como símbolo de suerte.

Sin embargo, los árabes se centraron en encontrar en el membrillo una medicina natural, descubriendo su elevado contenido en mucílago (sustancia orgánica de textura viscosa semejante a la goma) que empleaban como laxante.