Los avances del Proyecto SEAWINES con bioestimulantes hacen percibirlos como una revolución verde en la viticultura llegada del mar. Entre los conseguidos, algunos de ellos han sido expuestos durante la jornada final del Proyecto SEAWINES realizada a finales de abril, en el emblemático centro IFAPA Rancho de la Merced en Jerez de la Frontera (Cádiz – España).

Este evento, bajo el título Uso de bioestimulantes para una viticultura sostenible, permitió que profesionales de la investigación y producción vitícola debatiesen sobre cómo los últimos avances en biocontrol y bioestimulación, así como la investigación más avanzada, pueden transformar el cultivo de la vid, dentro de una agricultura más respetuosa con el medioambiente y eficiente en sus resultados.

El Proyecto SEAWINES, cuyo nombre evoca la unión del mar (sea) y el vino (wines), es una iniciativa de investigación que ha explorado el potencial de los bioestimulantes de origen marino para impulsar una viticultura verdaderamente sostenible.

Los extractos de Rugulopteryx okamurae y la calidad de la uva y el vino.

Esta ambiciosa propuesta ha centrado sus esfuerzos en el estudio de extractos de Rugulopteryx okamurae, un alga parda con potencial invasor, de origen asiático, buscando convertir un problema ambiental en una solución innovadora para el sector vitivinícola.

Los ensayos en torno a ella han analizado cómo estos extractos inciden en aspectos vitales como la productividad del cultivo, la compleja interacción entre la microbiota y la fisiología de la planta, la composición y calidad de la uva, e incluso su repercusión en las características del vino final.

Los resultados preliminares sugieren que estos bioestimulantes marinos podrían aumentar la tolerancia de la vid frente a diversos factores abióticos y optimizar las características de calidad de la uva, abriendo nuevas vías para productores y técnicos.

El programa de la Jornada final del Proyecto SEAWINES.

La jornada final del Proyecto SEAWINES se articuló a través de un programa que congregó a un elenco de expertos, quienes compartieron los frutos de su investigación y experiencia.

La apertura estuvo a cargo de Carlos del Moral, director de IFAPA Rancho de la Merced. A continuación, Camino García Martínez de Morentin, Directora General de AEFA, ofreció un panorama sobre el Contexto actual de los productos bioestimulantes, subrayando su creciente importancia en la agricultura moderna.

El corazón del proyecto SEAWINES fue presentado por Iratxe Zarraonaindia de la UPV/EHU y Emma Cantos-Villar del IFAPA, quienes detallaron cómo las macroalgas están Avanzando hacia una viticultura más sostenible.

Tras una pausa para el café, Raúl Ochoa, de la Universidad de Cádiz, profundizó en los Bioestimulantes microbianos para la regeneración de la biodiversidad y el funcionamiento de los suelos de viñedos, un aspecto crucial para la salud a largo plazo del cultivo.

La sesión continuó con Felicidad de Herralde Traveria, del IRTA, abordando la Sostenibilidad y resiliencia de la viticultura ante el cambio climático: qué papel pueden jugar los bioestimulantes, un tema de vital actualidad dada la variabilidad climática.

José Mª Domínguez Muñoz, de Seipasa, compartió Bioestimulantes y vid: estrategias para mejorar el rendimiento, la calidad y la sostenibilidad, ofreciendo perspectivas prácticas para los productores; y Alba Aguilar Pastor, de Kelp Blue, presentó Aplicación de macroalgas en viticultura: casos de éxito, demostrando la viabilidad de estas soluciones innovadoras.

Finalmente, Catina Aveledo, Directora de Viña de Barbadillo, ofreció una visión práctica sobre el Manejo de la nutrición y biostimulación en viña para aumentar su resiliencia al estrés y mejorar las características organolépticas de la uva, cerrando las ponencias con una perspectiva muy útil para quienes están día a día en el campo.

La jornada concluyó con una mesa redonda donde todos los ponentes resolvieron dudas, compartieron reflexiones y extrajeron conclusiones conjuntas, enriqueciendo el diálogo y el aprendizaje colectivo.

El potencial de los bioestimulantes para mejorar el rendimiento y la calidad de la vid.

En este contexto, la jornada puso de manifiesto el inmenso potencial de los bioestimulantes agrícolas para mitigar los efectos adversos del cambio climático sobre los cultivos, y cómo la aplicación de estos productos puede mejorar significativamente el rendimiento y la calidad de la uva, al tiempo que reduce la dependencia de insumos químicos tradicionales.

Para agricultores, técnicos de campo y aquellos encargados de diseñar programas de fertilización, la información compartida subraya la importancia de integrar estas soluciones biológicas en sus estrategias. De igual forma, la colaboración entre centros de investigación, empresas y el sector agrario, demuestran que son esenciales para acelerar la implementación de estas nuevas tecnologías, asegurando una viticultura más sostenible y resiliente para el futuro.