La okra es una hortaliza poco conocida en la gastronomía española, sin embargo produce un fruto muy rico en fibra soluble y mucílagos al que se le atribuyen funciones balsámicas y protectoras de la mucosa digestiva.

Su origen se localiza en la África tropical y ha sido cultivada desde hace miles de años por los antiguos egipcios. Con el tiempo, el cultivo de la okra se ha extendido por todos los continentes y ya se encuentra en algunos países antillanos, asiáticos, africanos,… siendo sus frutos muy apreciados por las poblaciones de color de determinados países como Estados Unidos, Reino Unido, etc.

En España no ha arraigado especialmente. Entre los años 1970 y 1980 se intentó introducir su cultivo en la Comunidad Valenciana, pensando principalmente el exportar sus frutos al Reino Unido pero sus resultados comerciales fueron poco satisfactorios.

Es un fruto que se recolecta en verde y normalmente es consumido hervido o frito, hecho rebanadas.

Hibiscus esculentus

Su nombre científico es Hibiscus esculentus L. teniendo su sinónimo de Abelmoschus esculentus (L) Moench y pertenece a la familia Malvaceae. Popularmente se le conoce con varios nombres, como por ejemplo quimbombó, quingombó, ají turco, gumbo, gombo, algalia, angelonia, ocra, yerba de culebra,…

La okra es una planta herbácea anual de porte erecto con tallos ramificados. En producción se controla su altura mediante podas pero en estado silvestre algunas de sus variedades pueden alcanzar los 2 metros de altura.

Flor de okra

Sus hojas son palmeadolobuladas y produce flores, axilares y solitarias que una vez fecundadas se convierten en frutos en forma de cápsulas alargadas y terminadas en pico, recordando a los pimientos tipo italiano, que alcanzan una longitud entre los 10 y 30 centímetros y una anchura de 2 a 3. Sus frutos son la parte comestible de la okra (Hibiscus esculentus). Estos son asurcados y poseen dehiscencia longitudinal una vez que están maduros.

Sus semillas, de unos 5 milímetros de diámetro, son de aspecto redondeado y de color oscuro. De sus semillas se puede extraer hasta un 20% de aceite comestible.

La okra es una planta de climas tropicales y templados, por lo que crece mejor en lugares donde el verano es más largo y con temperaturas superiores a los de 20ºC.

Recolección de la okra

El cultivo de la okra es relativamente rápido, pudiendo recolectar sus frutos a partir de los 60 ó 70 días después de su plantación, cuando los frutos alcancen los 10 ó 14 centímetros de longitud. En esos momentos la okra estará tierna y no estará fibrosa. Como es una planta muy productiva, podremos cosecharlas cada dos o tres días y así, recolectaremos sus frutos en su mejor momento.

La okra posee una cierta vellosidad que puede ser molesta para algunas personas y para evitarlo es recomendable cosechar sus frutos con guantes.

Durante la recolección y con el fin de no dañar a la planta, usaremos tijeras de poda y realizaremos cortes limpios por el pedúnculo. Si a la hora de realizar el corte notamos cierta dificultad o resistencia, nos estará indicando que el fruto es ya demasiado maduro, por lo que los desecharemos ya que estos frutos maduros son más duros y fibrosos.

Cocinado de okra

La okra en la cocina

El fruto de la okra puede consumirse de muchas formas y por ello existen numerosas recetas. Es un fruto bastante mucilaginoso por lo que puede provocar el desagrado de algunas personas.

La okra se consume principalmente cocida, aunque también es cierto que tiene sus adeptos para su consumo crudo en ensaladas o deshidratada. Elaborada cocida y aliñada con limón es ingrediente de numerosos guisos. Cocinada se suele servir combinada con huevos, patatas u otras verduras.

Si se asa, la okra no desprende su típico líquido mucilaginoso que suelta cuando se hierve en agua, resultando un plato sencillo de preparar. Otro de sus usos es el tueste de sus semillas y posterior molido ya que hay quienes las utilizan como un sustituto del café.