El Hisopo (Hyssopus officianalis) es una planta aromática y condimentaria del que se aprovechan sus tallos, hojas y flores.

Se le otorgan propiedades expectorantes, digestivas, antisépticas, depurativas, carminativas y estimulantes. A ellas también hay quien le atribuye acciones antibacterianas, abre el apetito, facilita la digestión y disminuye el sudor.

Sus raíces y hojas se suelen utilizar para hacer infusiones para mejorar el asma, la bronquitis crónica y los catarros. En cambio, con sus hojas se puede preparar infusiones con acción digestiva.

En cuanto a sus aplicaciones culinarias, sus hojas se consumen frescas y se emplean para acompañar platos de carne, de pescado, así como la preparación de salsas.

Sus hojas pueden ser trituradas y añadirse a la mezcla de especias en la elaboración de embutidos.

Otros usos del Hisopo es el aprovechamiento de su aceite esencial en la perfumería y elaboración de licores.

Hyssopus officianalis

Su nombre científico e Hyssopus officianalis, pero se le conoce popularmente como hisopo. Pertenece a la familia Lamiaceae (Labiadas).

El hisopo es una planta vivaz que puede alcanzar fácilmente los 70 centímetros de altura.

Sus tallos crecen erguidos y en su conjunto llegan a formar una pequeña mata en forma globosa.

Sus hojas son pequeñas semiperennes, delgadas, puntiagudas, lanceoladas o lineares.

Su floración se produce durante el verano. Sus flores son bastante grandes, de tonalidades azules o violáceas y muy melíferas.

Plantel de hisopo officianalis

Siembra y plantación del hisopo

El Hyssopus officianalis se suele sembrar durante los meses de abril y mayo, sabiendo que es una planta cuya germinación suele ser lenta.

También se puede reproducir mediante esqueje. En tal caso, se realizan durante el verano y se mantienen, si la climatología es de inviernos con riesgo de heladas, protegidos para plantarlos la primavera siguiente.

Otro modo, menos empleada, pero factible, es su multiplicación mediante la división de plantas adultas. La época de hacerlo es en primavera o en otoño.

Para su plantación, lo recomendable es dejar unos 40 centímetros de distancia entre plantas.

Recolección del hisopo

Del Hyssopus officianalis se aprovecha todo: tallos, hojas y flores.

En cultivo puede durar varios años. Durante el primer año tan solo se le efectúa una recolección en los meses de septiembre u octubre, cuando la planta está en plena floración.

A partir del segundo año es cuando la producción comienza a ser consistente, pudiéndoles efectuar dos o tres siegas anuales, mientras se encuentra en plena floración, que suele ser entre los meses de junio a octubre.

Necesidades para el cultivo del hisopo

Las necesidades hídricas de hisopo no son altas. De hecho, se debe regar solamente cuando el terreno está seco.

Es una planta propia de clima templado a cálido. Requiere ser cultivado en una ubicación con mucho sol.

Tampoco es muy exigente en cuanto al tipo de tierra de cultivo, si bien crece de forma óptima en aquellos no ácidos, calizos, secos, bien aireados y ricos en humus. Esta rusticidad le permite vegetar también en suelos arcillosos-arenosos, francos y áridos, incluso los suelos húmedos que tengan buen drenaje.

Plagas y enfermedades del hisopo

En cuanto a plagas, le atacan los ácaros, nematodos, cigarras, hormigas y arañas. Y respecto a enfermedades, si el terreno se mantiene bien drenado, no suele mostrar problemas.

Destacar que cultivada entre cultivos de otras especies, el hisopo se comporta como repelente de babosas.