El cultivo del cebollino, aunque en su reproducción también se contemple el método de división de mata, lo más habitual es comenzarlo mediante su siembra.

A la hora de plantearnos cómo sembrar el cebollino debemos saber que podemos hacerlo bajo dos opciones: siembra directa en el campo o siembra en semillero o maceta. En los dos casos, la calidad de la semilla, la época correcta de siembra y mantener la humedad constante en el terreno o sustrato hasta su germinación, son fundamentales.

El calendario de siembra del cebollino recomienda su fecha durante los meses de febrero a mayo en el hemisferio norte y en un área de clima mediterráneo. En zonas más frías se retrasaría su siembra o se recurriría a hacerlo bajo invernadero con calefacción.

Cómo sembrar cebollino directamente en el campo

Para abordar la siembra directa del cebollino en el campo mantendremos un sencillo protocolo. En este caso tenemos la opción de realizar su siembra directamente en surcos o realizar en una pequeña parcela un semillero del que arrancaremos las plántulas una vez germinadas para plantarlas en líneas a golpes.

En los dos casos, lo primero es limpiar el terreno del huerto o del jardín donde vamos a realizar la siembra, eliminando restos de hierbas y cultivos anteriores. Debemos retirarlas eliminando incluso las raíces de aquellas hierbas con capacidad de brotación.

Removeremos con una azada o motoazada (rotovator) el terreno para dejarlo bien mullido. Esta labor debe situarse en una capa de unos 10 centímetros como mínimo. Durante esta labor, podemos aportar una fertilización base como abonado de fondo y si se sospecha que hubo problemas de mosca de la cebolla o mosca de los sembrados, es un buen momento para aportar un insecticida en gránulos. Con este tratamiento también podemos combatir otras plagas del suelo como por ejemplo los gusanos blancos, grises, de alambre, etc.

Semillero de cebollino directamente en el campo

Una vez limpio el terreno, procederemos a crear una pequeña parcela que nivelaremos y humedeceremos antes de la siembra. Con ello reduciremos notablemente el riesgo de desplazar las pequeñas semillas cuando reguemos.

Seguidamente las cubriremos con tierra cribada hasta conseguir una capa de medio a un centímetro máximo de grosor. Y regaremos con cuidado para evitar desenterrarlas o crear escorrentía y con ello la pérdida de semillas.

Tras el primer riego, los siguientes se irán realizando de forma que no tengamos el terreno encharcado y a su vez se mantenga húmedo durante todo el tiempo que dure su germinación. En condiciones normales, germinará a las dos semanas, estando lista para su trasplante unos dos meses después.

Sabiendo que un gramo de semilla de cebollino suele contener entre las 200 a 400 semillas según la variedad y calibre de las mismas, calcularemos la cantidad a sembrar. Es recomendable sembrar el doble o algo más de unidades de semilla que vamos a necesitar porque así podremos trasplantar sólo las plántulas más vigorosas.

Siembra de cebollino directamente en surcos

Al igual que en el caso anterior limpiaremos el terreno, lo fertilizaremos, etc. Una vez preparado, en este caso realizaremos unos surcos (que aplanaremos ligeramente su cima dejándolos en forma de meseta), estos estarán separados unos 50 centímetros entre sí y trazaremos uno o dos pequeños surcos (en tal caso paralelos) en la tierra sobre su cima (meseta).

Introduciremos de 2 a 3 semillas de cebollino por golpe siguiendo los surcos, enterrándolos no más de un centímetro y dejando una distancia de 10 a 15 centímetros entre golpes. Seguidamente se les da un riego y aseguraremos que se mantiene el terreno siempre húmedo hasta su germinación.

Al mes de la siembra, se seleccionan las plántulas más sanas y fuertes, eliminando las más débiles, dejando una o dos por golpe. Tendremos cuidado en el arranque de no dañar a las que se queden, por lo que estiraremos de ellas con cuidado.

Tanto en este caso como el anterior, se mantendrán riegos periódicos y una fertilización estable durante todo el cultivo. También tendremos cuidado de ir eliminando las malas hierbas según germinen para evitar que no compitan con las de cebollino.

Plantas de cebollino

Cómo sembrar cebollino en maceta o jardinera

Para la siembra de cebollino en una maceta o jardinera, realmente estamos haciéndolo como si lo hiciésemos en el campo en modalidad de siembra directa. La maceta o jardinera debe tener una altura mínima de 14 a 20 centímetros para que el sistema radicular se desarrolle correctamente.

El sustrato elegido puede ser el de cultivo definitivo (estamos ante una siembra directa): Un sustrato fértil, rico en humus y algo arcilloso. De los fabricados en el mercado, unos que pueden funcionar bien son sustrato para huertos urbanos, sustrato universal o sustrato de plantación. En todos los casos es recomendable mejorarlos con la aportación de un 20 a 30% de tierra de jardín algo arcillosa para compensar el exceso de materia orgánica que suelen contener.

Para su siembra, llenaremos la maceta o jardinera con el sustrato elegido, lo regaremos y sembraremos golpes con unas tres semillas, separadas entre sí unos 10 centímetros. Las cubriremos ligeramente con ese mismo sustrato y regaremos. Los siguientes riegos irán orientados a mantener el sustrato húmedo.

La ubicación de la maceta o jardinera debe ser a la sombra para proteger a las plántulas. Una vez germinen, eliminaremos con cuidado las plántulas más débiles, dejando como máximo dos por golpe.

Semillero de cebollino en bandejas de alvéolo

Si optamos por un semillero en bandeja de alvéolos, las llenaremos de uno de los sustratos antes mencionados, lo regaremos y con la ayuda de una púa o lápiz, sembraremos en cada alvéolo tres o cuatro semillas. Cubriremos con perlita o el mismo sustrato los alvéolos y volveremos a regar.

Las bandejas las ubicaremos también a la sombra y al mes más o menos, eliminaremos las plántulas más débiles, dejando una o dos plantas por alvéolo. A los dos meses ya habrán creado un buen cepellón y estarán lista para su trasplante a una maceta o jardinera para continuar con su cultivo.