En el sector agrícola actual, la producción de alimentos de calidad debe ir de la mano de un profundo respeto por el medioambiente. Una de las responsabilidades más importantes para el agricultor es la correcta gestión de los residuos que genera, especialmente los envases vacíos de productos fitosanitarios, bioestimulantes agrícolas, fertilizantes y demás insumos.

En este contexto, la solución no siempre pasa por un punto de recogida fijo de un determinado SCRAP, en muchas ocasiones, la solución reside en sistemas de recogida periódicos y móviles.

La responsabilidad compartida en la cadena agrícola.

La legislación es clara: el agricultor es el responsable final de los envases vacíos que quedan en su explotación. Abandonarlos, quemarlos o enterrarlos no solo son prácticas ilegales, sino que suponen un grave riesgo de contaminación para los suelos y las aguas subterráneas, afectando a la biodiversidad y a la propia salud del agrosistema.

Para facilitar esta labor, existen los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP). Estas organizaciones, en nombre de las empresas que fabrican y comercializan los insumos agrícolas, se encargan de organizar y financiar la recogida y tratamiento de estos envases, promoviendo un modelo de economía circular donde el residuo se convierte en un nuevo recurso.

El agricultor, al entregar sus envases a través de este sistema, recibe un justificante que acredita su correcta gestión, cumpliendo así con la normativa vigente.

El desafío logístico de recogida de envases residuo y la solución itinerante.

¿Qué ocurre cuando un municipio agrícola de gran relevancia no dispone de un punto fijo de recogida cercano? Esta es una realidad en muchas zonas de alta producción, donde la dispersión de las explotaciones o la logística dificultan una solución permanente.

Es aquí donde las recogidas puntuales y periódicas por parte de SCRAP agrícola como AEVAE o Sigfito, demuestran ser una herramienta eficiente. Estos sistemas itinerantes se desplazan a zonas estratégicas, acercando el servicio al agricultor y eliminando las barreras para el reciclaje.

Recordemos la entrada en vigor del Real Decreto de Envases y Residuos de Envases sobre la nueva obligación para la recogida de envases de fertilizantes.

Tipos de envases de residuos agrícolas y ganaderos

Ejemplo de recogida puntual de envases agrícolas en Chipiona.

Para todos aquellos agricultores y ganaderos de Chipiona (Cádiz – España) y su área de influencia agrícola y ganadera, que no tienen la posibilidad de llevar sus envases de fertilizantes, bioestimulantes agrícolas y microorganismos para las plantas, sustratos y semillas profesionales y ganaderos a un punto verde fijo de recogida que proporcionan los SCRAPs, se establece su servicio estratégico de recogida itinerante de envases de uso agropecuario. Estos envases pueden ser primarios, secundarios y terciarios: Garrafas y botellas de plástico rígido, cajas de cartón, sacos de papel y plástico flexible, palets, ibcs, etc.

Estratégico porque es un servicio de carácter itinerante que se aplica a lo largo de la geografía española. El objetivo es facilitar a los agricultores y ganaderos que tienen sus cultivos en zonas donde, por diversas circunstancias, no se han podido situar puntos de recogida de envases de uso agrícola y ganadero, entregarlos allí con la garantía de que se les van a dar un tratamiento medioambiental correcto.

Tratamiento medioambiental correcto a los envases agrícolas y ganaderos tras su uso.

Es importante destacar que los agricultores y ganaderos que lleven sus envases de plástico a estos puntos verdes de recogida itinerantes, obtendrán un justificante de entrega. Este les permite justificar que han contribuido a dar a sus envases agrícolas y ganaderos, una vez vacíos, un tratamiento medioambiental correcto.

Recordemos que la Ley de gestión para el reciclaje de envases de fertilizantes, bioestimulantes y microorganismos para las plantas, sustratos, semillas y ganaderos, obliga que las empresas fabricantes y comercializadoras con marca propia, a permanecer a un SCRAP.

Producción de fresa en Chipiona

Cultivos hortofrutícolas y ornamentales en Chipiona.

La producción agrícola de Chipiona engloba todas las explotaciones situadas en el término municipal de Chipiona, cuya extensión es de 32,96 kilómetros cuadrados. Gran parte de ella se realiza en la modalidad de cultivo bajo invernaderos, formando en su conjunto, un cinturón que rodea el núcleo urbano.

Dada la cercanía a la zona de viviendas, estos disfrutan de una serie de infraestructuras no habituales en otras localizaciones rurales (instalación eléctrica, densa red de caminos, abastecimiento de agua corriente y del canal de riego, etc.).

Asimismo, el hecho de que un elevado número de empresas comercializadoras y de servicios, se encuentran ubicadas en este municipio, hacen que el suministro, tanto de insumos como de la venta de la producción, se realice de forma fácil y cómoda.

Actualmente, Chipiona es una de las principales zonas productoras de Andalucía y a nivel español de flor cortada. Sus principales cultivos son el clavel y la clavellina, con gran participación de bulbosas como el lilium, así como crisantemo y verdes ornamentales tipo helecho de cuero, esparraguera, Gypsophila paniculata, etc.

Recientemente, ha entrado en producción el cultivo de la sandía. Son muchos los invernaderos que se llenan entre abril y octubre de estas plantas de sandía que ayuda a los agricultores a mantenerse en los meses de verano.

Este cultivo de temporada (de la sandía) también es beneficioso para la tierra derivada de la rotación de los cultivos.

También es relevante los cultivos de viñedos de la variedad Moscatel de Alejandría, con la que se elabora a partir de ella el valorado Moscatel de Chipiona, un vino dulce que se toma generalmente como postre.

Cultivos ornamentales en Cádiz.

La mayor producción de flor cortada de ornamentales y verdes de complemento de Andalucía se sitúa en las localidades de Chipiona, Sanlúcar de Barrameda, Jerez, Arcos y Rota, en Cádiz, que es la primera provincia productora. Le sigue la provincia de Sevilla con cultivos en las localidades de Palacios, Lebrija, El Cuervo, Las cabezas de San Juan y Utrera.

De forma estratégicamente relevante, el cultivo del clavel supuso el comienzo de la floricultura andaluza como una alternativa rentable dentro de la horticultura intensiva que proporcionarse una mayor riqueza a la zona.

Y lo hizo de la mano del clavel en sus especialidades de clavelina o miniclavel y clavel estándar o monoflor.

Tras alcanzar su máximo potencial se ha venido incorporando nuevas especies de nuevas flores y verdes ornamentales. Experimentando también un aumento considerable de las exportaciones de flores confeccionadas en bouquets (empleo de varias especies en un mismo ramo) a grandes superficies y supermercados.