El molibdeno de uso agrícola es un microelemento imprescindible en la planta para la síntesis de los aminoácidos a partir del nitrógeno absorbido.

Como elemento químico tiene el número atómico 42 y se encuentra en el grupo 6 de la tabla periódica de los elementos. Se simboliza como Mo y será esta sigla la que nos ayudará a identificarlo en las etiquetas donde aparece la composición de los fertilizantes comerciales.

El molibdeno en el suelo

De forma natural el molibdeno presente en el suelo procede directamente de la descomposición de las rocas madre. Por lo general, su contenido en el suelo suele ser muy bajo, situándose en niveles de entre 2 y 2,5 ppm.

De estas cantidades en su estado natural, su mayor parte no está disponible para la planta, considerándose asimilable tan solo el 10%. Así, en la mayor parte de los suelos en los que evidentemente son excluidos los inertes utilizados en hidroponía, el molibdeno útil no suele sobrepasar las 0,2 ppm, del total presente en la disolución del suelo.

Las diferentes formas de molibdeno en el suelo pueden ser:

  • Como componente de ciertos minerales.
  • Como anión molibdato.
  • En estado ligado a la materia orgánica.
  • Y en la propia solución del suelo.

El molibdeno, para adquirir actividad biológica, tiene que formar un complejo con una molécula orgánica (la pterina).

Entre los diferentes factores que condicionan la disponibilidad del molibdeno en el suelo se encuentran:

  • El pH. Le favorece para su disponibilidad cuando este es más alto, al contrario que ocurre con el hierro, manganeso, cobre o cinc.
  • Nivel de contenido de óxidos de hierro y aluminio. Estos adsorben fuertemente al molibdeno.
  • Nivel de materia orgánica. Porque pueden aportar ciertas cantidades.
  • Efecto del azufre y el fósforo. Grandes cantidades de azufre reducen la absorción del molibdeno, mientras que si es de fósforo aumentan su absorción.

Carencias de molibdeno en manzanos

El molibdeno en agricultura

Hasta hace relativamente poco tiempo, el molibdeno no era un elemento preocupante en la agricultura porque su carencia o bien era difícilmente reconocida o simplemente había suficiente cantidad en el terreno para mantener sus niveles óptimos en cultivo.

Con la llegada de los cultivos intensivos y la entrada de la técnica del cultivo en hidroponía (cultivo sin suelo), es cuando este elemento comienza a tenerse en cuenta ya sea para reponerlo en el primer caso o para que esté a disposición de la planta en cada uno de los dos casos mencionados.

Como se ha avanzado, el molibdeno en agricultura, si bien es necesario en pequeñas cantidades, de ahí su catalogación como oligoelemento, tiene una gran importancia, ya que es un constituyente esencial de los enzimas nitrogenasa (activo en la fijación biológica del nitrógeno) y nitrato reductasa (activo para la reducción del ion nitrato a la forma amónica).

Este elemento, el molibdeno, es absorbido por la planta bajo la forma de molibdato (MoO4-2). En su conjunto, los contenidos que podemos encontrar en plantas pueden variar entre el 0,1 y las 300 ppm sobre el peso seco, aunque lo normal es de 1 a 10 ppm.

En cuanto a su reparto en la planta, podemos localizarlo mediante análisis y ver que existe una concentración mayor de este elemento en las raíces con respecto a otras partes como son las hojas, tallos y semillas.

Aportación del molibdeno al cultivo

La aportación de molibdeno al cultivo puede realizarse mediante diferentes tipos de abonos: molibdato de sodio, molibdato amónico, trióxido de molibdeno y molibdato de calcio.

Con su correcta dosificación permiten cubrir las necesidades de los cultivos de alto rendimiento y evitar así que con el tiempo se agoten sus reservas. Otro concepto es el cultivo en hidroponía, en el que este elemento debe ser aplicado en fertirrigación o apoyado con aplicaciones foliares por su inexistencia natural.

Destacar que hay que tener precaución en sus aplicaciones ya puede ser tóxico aun en concentraciones muy pequeñas.

En el caso de huertos urbanos de campo su aplicación será de igual modo que en la agricultura profesional, mientras que, en los huertos urbanos de terraza, balcón, etc. en definitiva aquellos que se realicen con aportaciones de sustratos prefabricados, no suelen necesitar su aplicación por venir incorporados en el abonado de fondo. Si se realizan varios ciclos de cosechas con el mismo sustrato, entonces sí será necesaria su aplicación.

Es importante saber que el Molibdeno agrícola es el único microelemento cuya carencia se acentúa en suelos ácidos, en cuyo caso, dicha carencia puede desaparecer fácilmente realizando un encalado (aporte de caliza al terreno). Por otra parte, la presencia de fósforo en el suelo provoca una liberación de Molibdeno agrícola asimilable.

Correctores de carencia de molibdeno

Correctores de carencia de molibdeno

Las carencias de Molibdeno agrícola se corrigen comúnmente mediante la aplicación de abonos complejos que lo contengan en su formulado, o mediante la aplicación de un mix de microelementos, ya sea aportado en el agua de riego o mediante tratamientos foliares.

Una forma de aportación de molibdeno agrícola es, por ejemplo, mediante molibdato sódico o molibdato amónico, a razón de 3 a 100 gramos por cada 100 metros cuadrados de terreno. Se recomienda aplicarlo mezclado con otros abonos para facilitar su distribución.

Por vía foliar se aplican soluciones de molibdato sódico o amónico de 2 a 5 gramos por litro de agua, a razón de 0,5 a un litro de agua por cada 10 metros cuadrados.

En el mercado se pueden encontrar correctores de carencia sobre la base de diferentes formulaciones: para aplicar el oligoelemento solamente, en mezcla con otros nutrientes y en formulación líquida o sólida.

Por poner un ejemplo, la firma española fabricante de agronutrientes, bioestimulantes agrícolas y microorganismos para el suelo JISA Advanced Agro, entre sus diferentes correctores de carencias se encuentra el Nutrijisa molibdeno.

Este producto, en su formulación líquida, contiene una solución a base de molibdato amónico y nitrógeno ureico, que mediante su empleo actúa eficazmente en la prevención y corrección de la carencia de este oligoelemento. Por ejemplo, actúa corrigiendo aquellos problemas derivados de su carencia, como las coloraciones de los nódulos de las leguminosas, enanismos, amarilleamiento, necrosis internerviales, etc.

Con respecto al momento de su aplicación para correcciones o prevención de molibdeno en hortícolas, frutales de hueso y pepita, cítricos, olivar, viña, etc. y ornamentales, por lo general suele coincidir con la aparición de las primeras flores.

También y a modo de ejemplo de un formulado en el que contenga varios microelementos, especialmente estudiado para la prevención y corrección de estados carenciales múltiples, entre ellos el de molibdeno, en su catálogo de correctores de carencias se encuentra el formulado líquido Nutrijisa Mix, conteniendo micronutrientes complejados por ácido glucónico.

Y en un formulado en polvo (sólido) de micronutrientes quelatados en forma de microgránulos solubles, se encuentra el Tarssan Mix, el cual contiene los oligoelementos boro (B), cobre (Cu), hierro (Fe), manganeso (Mn), molibdeno (Mo) Y zinc (Zn). Un abono CE preparado para la corrección y prevención de carencias múltiples. Su alta solubilidad y la forma del quelato EDTA, permiten a la planta una rápida asimilación y un total aprovechamiento del producto.

Síntomas de carencia de molibdeno

Como hemos avanzado, los síntomas de carencias de molibdeno son difíciles de identificar por lo que en ocasiones pasan desapercibidos y vinculados erróneamente a otras causas. Como base, su carencia siempre está correlacionada con el metabolismo (intercambio) del nitrógeno, manifestándose en su inicio como un debilitamiento de la coloración verde de las hojas adultas.

Pero estos síntomas no se producen de igual forma en todas las especies. En el caso de las leguminosas, este síntoma de coloración suele afectar a toda la superficie foliar. Sin embargo, en otras como por ejemplo en los cítricos, aparecen manchas amarillas de forma circular que con el tiempo pueden necrosarse e incluso desprenderse generando agujeros en las hojas. Esta, anomalía que se conoce con el nombre de «yelow spot».

En cuanto a los cultivos más sensibles a la carencia del molibdeno agrícola está el melón y las crucíferas: brócoli, coliflor, repollo, etc.