En torno a la salud del suelo en la innovación agrícola, el sector se ha dado cita en Valladolid (España) para abordar uno de los temas fundamentales de la producción de alimentos: su gestión como un recurso finito y vital.

El IV Congreso de Gestión Sostenible del Suelo, celebrado el 8 de octubre en la Escuela Universitaria de Ingeniería Agrícola (INEA), ha servido de marco y plataforma para analizar y transferir conocimiento sobre las tecnologías avanzadas destinadas a regenerar y preservar la salud edáfica.

Bajo el lema ‘Estimulando la interacción del binomio suelo-cultivo’, el evento, organizado por Grupo Interempresas y AEFA (Asociación Española de Fabricantes de Agronutrientes), consolidó su papel como punto de encuentro, poniendo el foco en la innovación que ya se está aplicando para mejorar la productividad agraria de forma sostenible.

El diagnóstico de la salud del suelo.

La urgencia de actuar es clave y urgente. Los expertos lanzaron una clara advertencia sobre la degradación que sufren muchos suelos agrícolas y de hecho, Pedro Mauri, del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural (IMIDRA), calificó la situación de «crítica» en numerosas zonas de España, donde los niveles de materia orgánica han caído por debajo del 0,8%.

Este déficit se ve agravado por la erosión y Gema Guzmán, investigadora del IFAPA Camino de Purchil (Granada), aportó datos preocupantes como que la tasa promedio de erosión en el país supera lo «aceptable», alcanzando pérdidas de 12 a 15 toneladas por hectárea, cuando el límite tolerable se sitúa entre 5 y 12. Frente a este escenario, la innovación tecnológica y agronómica se presenta como la única respuesta viable.

Camino García en cuarto congreso de gestión sostenible del suelo

Los bioestimulantes y biosoluciones como respuesta biológica a la mejora de los suelos.

Gran parte del congreso se centró en el grupo de nuevas herramientas biológicas. Los bioestimulantes agrícolas se destacaron como una «herramienta transversal», en palabras de Juan José Garcia (Yara Iberian), capaz de mejorar el aprovechamiento de recursos como el agua y los fertilizantes.

Los ponentes de la primera mesa redonda, moderada por AEFA, coincidieron en que estas soluciones potencian la absorción de nutrientes y mejoran la defensa de las plantas ante el estrés abiótico. Así, Patricia Rivera (MIRAT Fertilizantes) destacó que ya se trabaja en el desarrollo de bioestimulantes específicos para aplicaciones novedosas, como el uso de drones.

El sector de las biosoluciones experimenta un notable crecimiento, cercano al 15% en los últimos años, según Rocío López (Syngenta), impulsado no solo por cultivos intensivos, sino también por los extensivos. Por su parte, David García (Rovensa Next) subrayó que estas herramientas no deben verse como un producto aislado, sino como parte de una «estrategia conjunta» que incluye las prácticas agronómicas.

La rotación y cubiertas vegetales como estrategias agronómicas.

La tecnología biológica debe ir acompañada de un manejo agronómico coherente. En este sentido, Pedro Mauri (IMIDRA) insistió en la necesidad de establecer rotaciones de cultivo lo más diversas posibles, destacando el papel de los cultivos mejorantes. «Fijar nitrógeno es fijar alimento» para el suelo, afirmó, presentando proyectos como CICERCAM, que analiza el intercropping de garbanzo y camelina junto al uso de bioestimulantes.

Para los cultivos leñosos, la ponencia de Gema Guzmán (IFAPA) se centró en la expansión de las cubiertas vegetales. Esta práctica, fundamental en la agricultura de conservación, ocupa ya 1,4 millones de hectáreas en España (cerca del 25% de la superficie de leñosos) y se demostró como una solución eficaz a medio y largo plazo para frenar la escorrentía y la erosión.

La tecnología y asesoramiento para mejorar el trabajo del agricultor.

La implementación de estas innovaciones en campo requiere una adaptación por parte del productor. Rodrigo de Rueda, empresario agrícola que gestiona 250 hectáreas en Valladolid, compartió su experiencia combinando prácticas como la siembra directa, el mínimo laboreo y el laboreo convencional.

Si bien reconoció estar probando biosoluciones, De Rueda lanzó una petición clave al sector fabricante: la necesidad de un «asesoramiento proactivo» y un acompañamiento real que ayude al agricultor a interpretar los resultados y aplicar correctamente estos productos técnicos.

Maquinaría para mejorar la salud del suelo

Maquinaria y digitalización para un manejo sostenible del suelo.

La transición hacia una gestión sostenible se apoya inevitablemente en la maquinaria de precisión y la digitalización, tal como avanzó en la inauguración Jorge Llorente, Viceconsejero de Política Agraria de Castilla y León.

La mesa dedicada a la tecnología mostró cómo los fabricantes están respondiendo. Micha Trotzky (Horsch) habló de la flexibilidad de sus equipos para un «laboreo estratégico» adaptado a las necesidades del suelo. Por su parte, Aurelio Rubio (AGNIA – CNH) detalló los objetivos de un fabricante global: tractores como plataformas de gestión de datos, trazabilidad para la gestión administrativa y el desarrollo de propulsiones alternativas, como el metano o el hidrógeno.

La jornada concluyó con una demostración de campo donde se pudo ver en acción esta tecnología, incluyendo pulverizadores de precisión, sembradoras de disco y el uso creciente de drones DJI Agras para aplicaciones agrícolas.

El congreso evidenció que la agricultura afronta, como señaló Camino García (AEFA) en la clausura, «un momento decisivo». La preservación del suelo no es una responsabilidad exclusiva del agricultor; es un desafío que implica a toda la cadena alimentaria y donde la innovación biológica y tecnológica abre nuevas oportunidades para cumplir con los objetivos de sostenibilidad que demanda la sociedad.