La elección del tomate como producto estrella en la próxima edición de Fruit Attraction 2025 responde a su innegable peso estratégico en el sector hortofrutícola global y a su capacidad para conectar a dos potencias productoras: España, el país anfitrión, y México, uno de los países invitados.

Este protagonismo pondrá el foco en una hortaliza que es, a la vez, un producto básico en la cesta de la compra y un motor de innovación y negocio a escala mundial.

El evento servirá de plataforma para analizar los desafíos y oportunidades que rodean a este cultivo, desde las nuevas variedades y tecnologías de producción hasta las tendencias de consumo que están redefiniendo el mercado. Para los profesionales del sector, desde ingenieros agrónomos hasta responsables de cooperativas, esta será una cita clave para tomar el pulso a uno de los pilares de la agricultura.

El valor universal del tomate como cultivo versátil.

El tomate es una de las hortalizas más consumidas del mundo, un hecho que se explica por su extraordinaria versatilidad. Su demanda abarca desde el consumo en fresco, donde la diversidad de tipos (cherry, pera, rama, beef…) satisface a un consumidor cada vez más segmentado, hasta su papel fundamental como materia prima para la industria de procesado.

Salsas, conservas, concentrados, zumos y deshidratados son solo algunas de las transformaciones que multiplican su valor y permiten su comercialización en mercados lejanos, desestacionalizando su consumo.

Esta doble vertiente, fresco e industria, le confiere una resiliencia y una importancia económica que pocos cultivos poseen, convirtiéndolo en un indicador fiable de la salud del sector agrícola.

México y el liderazgo exportador y producción tecnificada del tomate.

La presencia de México como país invitado en Fruit Attraction 2025 cobra un especial significado con el tomate como protagonista. México no es solo un gran productor, sino que se ha consolidado como el principal exportador mundial de tomate fresco. Su éxito se fundamenta en una combinación de factores, incluyendo condiciones climáticas favorables y una fuerte inversión en agricultura protegida.

Estados como Sinaloa lideran la producción nacional, empleando invernaderos y sistemas de alta tecnología que permiten optimizar el uso de recursos como el agua y garantizar un suministro constante y de alta calidad a su principal mercado: Estados Unidos.

Para los profesionales del sector, el modelo mexicano es un caso de estudio sobre cómo orientar la producción hacia la exportación y adaptarse a las exigentes normativas de los mercados internacionales.

El tomate en España es un pilar de la producción europea.

En España, el tomate es un cultivo de enorme relevancia social y económica, especialmente en regiones como Andalucía y Murcia. El modelo español se caracteriza por una gran diversidad productiva, que va desde el cultivo en invernaderos de alta tecnología en el sureste peninsular, enfocado a la exportación a toda Europa, hasta producciones destinadas a la potente industria transformadora nacional.

El mercado español es altamente competitivo y profesionalizado. Los agricultores y técnicos se enfrentan al reto constante de mejorar la eficiencia, gestionar los recursos hídricos de manera sostenible y combatir plagas y enfermedades.

Alemania, Francia y Reino Unido se mantienen como los principales destinos de la exportación española, aunque la competencia de terceros países obliga al sector a una continua diferenciación a través de la calidad, la seguridad alimentaria y la innovación varietal.

Tendencias que marcan el futuro del cultivo del tomate.

El sector del tomate está en plena transformación, impulsado por nuevas tendencias tanto en el campo como en la mesa. Desde el punto de vista agronómico, la sostenibilidad es el eje central.

La optimización del riego, el auge de la producción ecológica, el manejo integrado de plagas y el desarrollo de variedades resistentes a enfermedades y adaptadas al cambio climático son las principales líneas de investigación.

En cuanto al consumo, se observa una creciente demanda de tomates con sabor, aroma y propiedades nutricionales mejoradas. El consumidor busca productos que no solo sean visualmente atractivos, sino que ofrezcan una experiencia organoléptica superior.

Esto ha impulsado la recuperación de variedades tradicionales y el desarrollo de nuevas especialidades que están dinamizando el mercado.

En este contexto, para la cadena de valor, desde el semillero hasta el distribuidor, entender y responder a estas tendencias, es fundamental para mantener la competitividad.