Sobre todo en las fechas alrededor de la festividad de Todos los Santos y las de Navidad, las calabazas decorativas van adquiriendo cada vez más su protagonismo como elemento ornamental.

Podemos distinguir dos grupos de variedades: las asociadas básicamente a la festividad de Halloween con aspecto tradicional norteamericano para el diseño de caras terroríficas, y aquellas de menor tamaño y de buen aspecto ornamental tanto por sus formas como por sus colores.

Si queremos cultivar en nuestro huerto urbano estos tipos de calabazas decorativas, tenemos que comenzar su cultivo durante el mes de mayo o junio. Si lo hacemos más tarde, correremos el riego de que no obtengamos un buen número de ellas o fructifiquen mal.

Cómo cultivar calabazas decorativas

El cultivo de calabazas decorativas es similar al de las calabazas utilizadas para alimentación. Varía esencialmente en las variedades de calabazas a cultivar.

Se trata de una planta herbácea anual, de crecimiento indeterminado. Por lo general, sus variedades son plantas reptantes o trepadoras que alcanzan en su forma varios metros de largos tallos, lanzando además zarcillos mediante los cuales se fijan a la vegetación adyacente o estructuras de tutorado.

Si las cultivamos en un huerto urbano de terraza o balcón, podemos utilizar la estructura de las barandas como zona de trepado. Eso sí, los frutos deben de estar físicamente en el interior ya que por su peso, ante un viento fuerte, pueden caer al exterior y provocar graves daños.

Calabazas decorativas

En un huerto urbano de campo, su cultivo es rastrero como sucede con los melones y sandías por ejemplo.

El cultivo de calabazas decorativas es muy sencillo ya que es una planta muy rústica y no es demasiado exigente en cuanto a temperatura. Sí lo es en cuanto a agua por su gran desarrollo foliar y su elevado contenido en agua del fruto. No obstante, los excesos de humedad en el suelo pueden ocasionar asfixia radicular.

La escasez de agua durante su cultivo provoca la deshidratación de la planta, la reducción del desarrollo vegetativo, una deficiente fecundación por caída de flores, una disminución de la producción y un retraso del crecimiento.

También son muy exigentes en luminosidad, por lo que su cultivo debe de realizarse a pleno sol y en el caso de balcones, nunca en zonas sombreadas.

Prefiere suelos de textura franca, profundos y bien drenados, con elevado contenido en materia orgánica. En maceteros o jardineras, un sustrato universal o de plantación es suficiente.

La época de siembra aconsejada es durante los meses de mayo y junio. La recolección puede efectuarse a partir de finales del mes de agosto o principios de septiembre.

La siembra se realiza de forma directa en el suelo o contenedor a razón de 2-3 semillas por golpe. Estas germinan en menos de 10 días tras la siembra. Durante este proceso es imprescindible que el terreno o sustrato no se quede seco.

Calabazas decorativas

El marco de plantación de la calabaza ornamental en campo oscila entre 1 y 2 metros entre líneas y 0,5 a 1 metro entre plantas, realizando la siembra o plantación a tresbolillo. En el caso de hacerse en macetas grandes, una plantación (golpe) por contenedor es suficiente.

Una vez germinadas se procede al aclareo, dejando sólo la plantita más vigorosa y eliminando las restantes. Si este aclareo se realiza muy tarde, es conveniente eliminar las plantas cortando el tallo por su base, en vez de arrancarlas, dado que las raíces están más desarrolladas y podemos ocasionar daños a la planta que queda.

A los 30 días de su germinación podemos proceder a una labor de aporcado para reforzar su base y favorecer el desarrollo radicular. Sobre todo cuando su cultivo se realiza en contenedor, es aconsejable no sobrepasar la altura de los cotiledones.

Las labores de tutorado deben comenzar cuando el tallo comienza a inclinarse, con objeto de restablecer su verticalidad. Con este sistema se consigue aprovechar mejor la iluminación, se mejora la ventilación, se reduce el ataque de enfermedades y se gestionan mejor los espacios durante su cultivo.

Otros trabajos que mejoraran la calidad del cultivo son el deshojado, la limpieza de flores, la limpieza de frutos de baja calidad, etc. que aunque no son imprescindibles para el buen resultado del cultivo, sí lo mejora.

El deshojado se realiza cuando las hojas de la parte baja de la planta están muy envejecidas o cuando su excesivo desarrollo dificulte la luminosidad o la aireación.

Las flores una vez que se desprenden completada su función, hay que retirarlas para evitar que se pudran sobre el cultivo.

Para la limpieza de frutos eliminaremos aquellos que presenten daños de enfermedades, malformaciones o crecimiento excesivo. Así, todos los frutos que quedan en la planta llegarán a mejor fin.

Los riegos serán pausados en el tiempo, evitando encharcamientos pero sin que le falte humedad durante todo el ciclo de cultivo.

En el caso del abonado, una riqueza de 18-12-24 más microelementos es muy recomendado. En cuanto a la dosis en fertirrigación, 1 gramo por litro una vez por semana como media da muy buenos resultados.

¿Son comestibles las calabazas decorativas?

Como hemos adelantado al comienzo de este artículo hay dos grupos de variedades: las asociadas básicamente a la festividad de Halloween (calabazas de Halloween) con aspecto tradicional norteamericano para el diseño de caras terroríficas, y aquellas de menor tamaño y de buen aspecto ornamental tanto por sus formas como por sus colores. Partiendo de la base que todas ellas son calabazas, también son comestibles.

Entonces… ¿por qué no las vemos en el mercado de frutas y hortalizas? Algunas de ellas sí, como las utilizadas como decoración en la festividad de Halloween. En cambio hay otras que por su reducido tamaño, escasa productividad en el cultivo, dificultad de cocinado o simplemente porque su sabor no es lo suficientemente agradable, dejan de entrar en el circuito comercial para consumo humano.

Es más, las hay que son utilizadas como ‘nidarios para el cultivo de insectos beneficiosos’ que seguidamente son utilizados tras su suelta sobre determinados cultivos en la lucha integrada.