Las variedades hortícolas que actualmente se encuentran en el mercado son, en gran número, fruto de hibridaciones realizadas por empresas especializadas. Estas nuevas variedades ofrecen importantes ventajas con respecto a las denominadas variedades tradicionales que, lamentablemente, algunas de ellas ya han desaparecido o se encuentran en riesgo de que así sea.

En este sentido, actualmente existen empresas o agrupaciones de productores que realizan trabajos de recuperación de estas variedades tradicionales para ser cultivadas en ciertas zonas, otorgándoles un valor diferencial e incluso creando denominaciones de origen.

El hecho de distinguir entre variedades híbridas y tradicionales, no implica hablar de especialidades en conflicto entre sí, sino dos líneas que pueden convivir perfectamente entre ellas, enriqueciendo el juego varietal y, por lo tanto, el mercado de estas plantas.

Qué son las semillas híbridas.

Las semillas híbridas, también escritas como hybridas, son el resultado de realizar una polinización cruzada de diferentes variedades de plantas de una misma especie, teniendo en cuanta que esta puede realizarse de manera natural o artificial.

Cuando se habla de semillas hortícolas híbridas en el mundo hortícola, realmente se refiere a cruces artificiales (manualmente) de dos parentales con características deseables, evitando la autopolinización. En este caso, se busca obtener semillas de nueva generación con las mejores cualidades genéticas de cada parental. En definitiva, futuras plantas que produzcan una mejor calidad, ya sea de sus frutos como hortaliza.

Estos híbridos, para que sean comerciales, deben ser estables genéticamente, de forma que siempre que se siembre un determinado híbrido, sus características vegetativas sean estables e iguales, campaña tras campaña.

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¿Qué diferencia hay entre semillas naturales, híbridas y transgénicas?

Al comienzo del artículo hacemos mención a las variedades híbridas y tradicionales, también llamadas orgánicas. Pero, además, también aparece en el argot la expresión semillas transgénicas.

Estas tres palabras: semillas naturales (u orgánicas), híbridas y transgénicas, deben a conceptos muy distintos entre sí. Por ejemplo:

Semillas orgánicas o naturales. Son las que se producen de forma natural en las plantas fanerógamas, fruto de la autofecundación de una determinada planta o gracias a la ayuda del viento o insectos polinizadores que llevan el polen de una a otra flor.

La mejora de su genética en esta modalidad, se consigue en seleccionar las semillas de las plantas y frutos de mejor calidad de cada cosecha.

Semillas híbridas. Es como hemos avanzado, aquellas producidas por plantas con características deseables gracias a la ayuda del ser humano. En sí, se les podría llamar también naturales, pero la selección estudiada de sus parentales y selección de las variedades más comerciales, les otorgan una clara diferenciación.

Por otra parte, las semillas, fruto de una variedad híbrida, nunca corresponde con las características genéticas idénticas de la planta de la que se obtiene, obligando al agricultor a comprar cada vez nuevas semillas al obtentor o empresa comercializadora.

Semillas transgénicas. Como su nombre invita a adivinar, son aquellas que sufren una modificación genéticamente dentro de un laboratorio. Dicho de otra manera, las plantas sufren reemplazos de genes a voluntad del manipulador genético.

Como pasa en el caso de las semillas híbridas, para cada nueva plantación hay que recurrir a la compra de nuevas semillas transgénicas.

Centro de investigación de semillas híbridas

Productores de semillas hortícolas híbridas.

Los productores de semillas hortícolas híbridas se centran en conseguir, mediante hibridaciones entre diferentes plantas parentales, nuevas variedades que aportan valor a la cadena de una determinada especie. Por poner algunos ejemplos:

Algunas ventajas en las que se puede incidir para el productor:

  • Disponen de variedades libres de plagas y enfermedades, incluidas las virosis.
  • Son más productivas, tanto en cantidad como en frutos comerciales.
  • En cultivo se muestran más resistentes a determinados problemas fitosanitarios, por lo que mejora su productividad y reduce la necesidad de aplicaciones fitosanitarias.
  • Según el juego varietal, permite ampliar las épocas de producción en una misma zona, consiguiendo una oferta durante más tiempo.
  • En le caso de ‘variedades larga vida’, se puede establecer un periodo de recolección algo menos estricto.

Ventajas en las que se puede incidir para el comercializador:

  • Menor cantidad de mermas en el proceso postcosecha.
  • Ofrecer una oferta más regular y uniforme en cuanto a gama de productos dentro de una misma especie.
  • Poder ofrecer, cuando se trabaja una nueva variedad híbrida, un producto diferenciado al mercado.
  • En el caso de ‘variedades larga vida’, distensionar el periodo de comercialización.
  • Una oferta visualmente más impactante en cuanto a forma, tamaño y color.

Algunas ventajas en las que se puede incidir para el consumidor:

  • Una mayor oferta de productos dentro de una misma especie.
  • En el caso de ‘variedades larga vida’, disponer de más tiempo para su consumo, permitiendo distanciar los momentos de compra y reducir mermas en casa.
  • En algunos casos, degustar nuevas propiedades organolépticas.
  • Ampliar opciones a la hora de elaborar platos gastronómicos…

Centro de investigación de semillas hortícolas híbridas

Equipos de genetistas.

Los equipos de genetistas deben conocer la situación del mercado de una determinada especie, analizar sus posibles carencias y apostar por la puesta en marcha de determinadas líneas de investigación para aportar la solución adecuada.

En ocasiones, la necesidad no viene de la mejora de una determinada necesidad de la cadena del producto, sino simplemente para ampliar la oferta, llegando a sacar conceptos o especialidades nuevas dentro de una determinada especie.

El equipo de genetista, una vez identificada la línea de trabajo, selecciona una gama de parentales que cruzará entre sí de diversas formas, teniendo el cuidado de que las polinizaciones siempre sean las decididas por el equipo, evitando polinizaciones espontáneas.

Las semillas obtenidas de cada cruce, poseen una carga genética de sus parentales, los cuales no tienen que ser necesariamente variedades potencialmente comerciales. Solo interesa sus virtudes derivadas de su genética.

Estas nuevas variedades híbridas de hortalizas son puestas en cultivo y solamente las que llegan a buen término son las que optan por una oportunidad.

Por último, esta nueva variedad hybrida debe ser estable generación tras generación, por lo que el cruce entre parentales debe poseer la capacidad de que, las semillas resultantes, en cada generación produzcan plantas con un mismo resultado estable a las propiedades definidas.

Centros de investigación de semillas hybridas

Obtener nuevas variedades de semillas híbridas de frutas y hortalizas no es tarea fácil porque, para una nueva variedad, se necesitan años desde que se inicia el proceso hasta que lleve a ver la luz en el mercado, sabiendo que la mayor parte de líneas iniciadas, se quedan por el camino.

Una vez obtenidas esas nuevas variedades híbridas hay que garantizar que estas sean viables, y para ello, es fundamental la figura del centro de investigación de semillas híbridas. Estas deben ponerse en cultivo en diferentes centros, donde se testa el desarrollo del juego varietal campaña tras campaña.

También es importante hacer estos ensayos en diferentes zonas geográficas y bajo distintos tipos de instalaciones. Recordemos que cada semilla lleva implícita una carga genética que responderá en menor o mayor potencial en función de las técnicas de cultivo empleadas.

Es en estos centros de investigación donde se testan todas las variedades híbridas candidatas para su cultivo en climas de inviernos suave o inviernos más fríos, según el mercado al que van dirigidas.

Bajo la supervisión y dirección de un equipo de profesionales con una amplia experiencia, se seleccionan solo las más comerciales, que entrarán a ampliar el catálogo varietal.

Hay que destacar que, en este proceso, hay más fases, por ejemplo, la de plantaciones experimentales a gran escala para asegurar al 100%, que el lanzamiento de una nueva variedad híbrida sea un éxito comercial.