El comino (Cuminum cyminum) es una planta culinaria que contiene propiedades saludables. Es considerada una planta carminativa porque disminuye la generación de gases, y es digestiva.

También se le atribuyen propiedades antidispépticas, antiespasmódicas, antihemorroidales, que ayuda a disminuir la tos, mejora las bronquitis crónicas y es expectorante. Está indicada en casos de gastritis, de indigestión y trastornos digestivos.

Respecto a sus aplicaciones culinarias, como especia se utilizan sus semillas ya sean enteras o en polvo. Se emplean como condimento en la preparación de sopas, embutidos, quesos, guisados, salsas y en repostería.

Es una especia muy válida para aromatizar vinagres, escabeches y encurtidos. Su uso aporta un sabor fresco y agradable, algo picante y muy aromático. También puede consumirse en forma de infusión.

El comino tiene un cierto parecido con la alcaravea, planta con la que se le suele confundir. En definitiva, es una planta con muchas posibilidades, siendo tenida en cuenta en diferentes industrias como la farmacéutica, veterinaria, perfumería y licorería.

Cuminum cyminum

Su nombre científico es Cuminum cyminum y se le conoce popularmente como comino, falso anís, comino de la huerta. Es originaria del norte de África y pertenece a la familia de las Umbelíferas.

El Cuminum cyminum es una planta herbácea de comportamiento anual que alcanza una altura de unos hasta 50 centímetros. Sus tallos son erectos, ramificados y estriados.

Sus hojas son alternas y recortadas en tiras finas de color verde. Sus flores, análogas a las del hinojo, crecen en inflorescencia, agrupadas en umbelas compuestas a modo de paraguas invertido, en las que todos los pedúnculos florales se encuentran unidos al tallo por un mismo punto. Estas pueden ser de color blanco o rosa.

Su floración se efectúa durante el verano. Tras su fecundación se crean los frutos, de aspecto alargado de color amarillo-marrón, con estrías y abundantes pelillos rígidos. Estos frutos tienen un fuerte olor característico y un sabor picante poco agradable.

Siembra y plantación del comino

La siembra del comino se realiza principalmente de forma directa sobre el terreno, desde finales de invierno o comienzos o mediado de primavera. Los métodos de siembra pueden ser a voleo, a chorrillo o a golpes en líneas. También, aunque es menos habitual, hay quien las germina y cría en invernadero en semillero para luego trasplantarla en campo.

Su cultivo en campo dura hasta finales el verano, normalmente y dependiendo del clima, un par de meses después de la siembra.

Durante este tiempo simplemente se riega si es necesario porque con la fertilización de fondo suele ser más que suficiente. Es una planta muy rústica.

Recolección del comino

Poco antes de que sus frutos maduren y caigan sus semillas, como se ha mencionado un par de meses tras su siembra, se produce su recolección.

La recolección del comino consiste en cortar sus umbelas. Estas se atan y se cuelgan boca abajo durante varios días en un lugar seco y ventilado. Cuando se vea que estas ramas con frutos se encuentran ya secas, se sacuden para que se desprendan y caigan sus semillas. Recordemos que del comino se aprovechan sus semillas.

Necesidades para el cultivo del comino

Para el cultivo del comino, elegiremos suelos con exposición soleada con clima mediterráneo.

Le gustan los terrenos fértiles, calcáreos y arenosos que drene bien. En definitiva, ligeros, sueltos, profundos y permeables.

Respecto a sus necesidades hídricas, se deben evitar tanto los riegos abundantes como el encharcamiento del terreno. Los riegos deben ser distanciados. Una vez germinada y establecida la planta, pueden ser una vez al mes.

Plagas y enfermedades del comino

El comino es una planta muy rústica. En cuanto a plagas, prácticamente se puede presentar los pulgones, y hormigas, que vienen a recolectar su melaza.

Respecto a enfermedades, la más común es la denominada marchitamiento del comino, producto de daños en sus raíces por exceso de humedad o ser cultivada en terrenos muy arcillosos.