El aluminio como fertilizante no es uno de los productos que nos preocupen en nuestro huerto urbano, indistintamente de si se trata de campo, terraza o balcón. En todos los casos, la presencia en los suelos y sustratos es más que suficiente.

Como visión general, los compuestos de aluminio forman el 8% de la corteza de la tierra y se encuentran presentes en la mayoría de las rocas, de la vegetación y de los animales.

En estado natural se encuentra en muchos silicatos (feldespatos, plagioclasas y micas). El aluminio como elemento químico, posee el símbolo Al y su número atómico es el 13. Se trata de un metal no ferromagnético. Es el tercer elemento más común encontrado en la corteza terrestre.

El aluminio como fertilizante se encuentra englobado dentro del apartado de los oligoelementos o microelementos, grupo de fertilizantes constituido por elementos esenciales en la nutrición vegetal, necesarios en pequeñas cantidades en comparativa con otros elementos.

El aluminio (Al), parece ser un elemento esencial en el crecimiento de las plantas, si bien las cantidades utilizadas son sumamente pequeñas y, por contraste, la reserva de los suelos es inagotable. Aun así, se irá incorporando al terreno de forma indirecta junto con otros abonados que los contienen, aun en forma de trazas por su escasa representatividad en su formulación.

Como decimos, el aluminio como fertilizante en huerto urbano no debe de preocuparnos. Si bien se enmarca en el grupo de los microelementos, dentro de ellos se establecen diferentes subgrupos en función de las necesidades en la nutrición vegetal. Pues bien, en este caso se establece el subgrupo elementos traza en el que se encuentran elementos como el Boro o el Molibdeno por ejemplo. Y elementos ultra trazas, al cual pertenece en concreto el aluminio.

Por el contrario, se puede dar el caso de que en algunos suelos de reacción ácida contengan tanto aluminio fertilizante en forma soluble que pueda ser tóxico para el crecimiento de nuestras plantas. En estos caso, en especial en huertos urbanos de terraza o balcón con sustrato en jardineras o contenedores, para evitar su toxicidad, una de las técnicas empleadas es la de elevar el nivel de pH del suelo y con ello se consigue su bloqueo por parte de la planta.