A la pregunta de ¿Cómo plantar las fresas en el huerto urbano? Tendremos en cuenta una serie de consideraciones que difieren en gran medida con las que adoptan los viveristas o cultivadores profesionales.

Ellos deben optimizar al máximo la producción y salvo excepciones, cambian los cultivos todos los años. Por el contrario, en el huerto urbano, lo normal es mantener el cultivo durante varios años.

En un huerto urbano de terraza o balcón, cultivaremos las fresas en macetas o jardineras, con el sustrato nuevo y desinfectado, por lo que no tendremos ningún problema.

Pero en el huerto urbano de campo, lo primero es elegir para su plantación, aquella zona de jardín que nos dé mayores garantía de que el terreno no está infectado ni de nemátodos ni ciertos patógenos que puedan afectar al desarrollo del cultivo.

Si creemos que el terreno está en condiciones de riesgo, lo mejor es utilizar unos meses antes la técnicas de desinfección del suelo llamada “solarización”. Esta consiste en, una vez mullido y regado el terreno, cubrirlo con un plástico transparente durante 30 días o más días. Lo ideal es hacerlo en la estación de máximas temperaturas.

Esta técnica de solarización, provoca una reducción de la población de hongos del suelo e insectos que habitan en las capas altas del suelo. Entre los hongos patógenos controlados por esta técnica se tiene Verticillium sp, Fusarium sp, Rhizoctonia solani, Pythium ultimun, Pyrenochaeta lycopersici y Phytophthora cinnamomi. Por cierto, esta técnica es recomendable para todos los cultivos.

Otra recomendación es crear caballones sobre los que plantaremos las plántulas de fresa. Antes de su plantación, podemos colocar el riego localizado y una manta antihierba nos será de gran ayuda. Por una parte mantendrá mejor la humedad del suelo, por otra evitara la salida de malas hierbas, y sobre todo, protegerá los frutos de fresa del contacto con la tierra. Esta técnica se llama acolchado.

Si hace excesivo frio durante el invierno, otra técnica que se puede emplear es la de cultivar bajo tunelillos para conseguir la precocidad buscada. Esta consistiría en cubrir un solo caballón, constando de una estructura formada por arquillos de 6 a 8 milímetros de diámetro, en hierro galvanizado, y de unos 2 metros de longitud. Sobre ella se colocaría el film de plástico que quedaría sujeto al suelo mediante ganchos o aporcando la propia tierra. Una vez llegada las buenas temperaturas, el plástico sería retirado definitivamente.

Por otra parte, a ser una planta estolonante, podemos dirigir dichos estolones para ir poblando nuevas zonas de cultivo. Cada dos o tres años, para mantener una mejor sanidad del cultivo, podemos aprovechar estos estolones para desgeolocalizar el cultivo a otra nueva zona en el huerto urbano.