El huerto urbano de Estrella, según lo define ella, es como su particular jardín botánico donde puedes encontrar muchas frutas y hortalizas pero en pocas cantidades.

Es un huerto muy peculiar, con una ‘planificación espontánea’ en el que combina hortalizas, frutales y plantas ornamentales en la armonía del caos. Un lugar donde todo se pacta momento a momento, lo que le permite vivir en un jardín salvaje pero muy agradecido.

Cuando le decimos que nos defina el concepto de armonía del caos o pactar momento a momento, nos los explica con un ejemplo muy claro. “cuando conduces y llegar a una rotonda, donde te encuentras con otros coches, se produce un pacto espontáneo entre los conductores donde todos saben qué hacer pero nadie se fía de nadie… y eso hace que actúes en consecuencia según el momento y circunstancias que se den. Como resultado: una circulación fluida.”

Este concepto, trasladado al huerto urbano de Estrella, implica que se planta en cualquier parte del jardín en el que en esos momentos es posible, teniendo en cuenta sólo el espacio disponible y la época del año. Puede ser una sola tomatera, varias plantas de alcachofa, un romero, o incluso un árbol de nísperos.

El huerto urbano de Estrella evoluciona mes a mes y es una forma eficiente de romper con la monotonía de los espacios.

Frutos de madroño

Si bien estamos hablando del huerto de Estrella, nos quedamos en una verdad a medias ya que también lo es de su marido Matías. Y como no puede ser de otra manera, existe una cierta rivalidad sana en que plantar en cada momento, aunque esto también entra en el juego de la armonía del pacto.

Precisamente Matías, sonriendo nos comenta que gracias a vivir lindando con el bosque, su huerto está integrado con el medioambiente y eso le permite disfrutar también de frutos silvestres. De hecho nos enseña los frutos de madroño que crecen en el margen de su casa.